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Rajoy se reúne con Rato y De Guindos 'hace' de ministro de economía

El presidente electo hace llamar a su despacho a Rodrigo Rato mientras que, a pocos kilómetros, De Guindos hace de ministro en un foro económico de FAES.

El presidente electo hace llamar a su despacho a Rodrigo Rato mientras que, a pocos kilómetros, De Guindos hace de ministro en un foro económico de FAES.

El PP vive una auténtica marejada interna, a pesar de la aplastante victoria electoral. Mientras Mariano Rajoy sigue resguardado en su despacho, del que se resiste a salir, en los cuadros del partido cunde el estrés por saber quienes se sentarán en el Consejo de Ministros, como primera baldosa de una casa conformada por secretarios de Estado, altos cargos, personal de confianza...

En medio de este ambiente, dos personas -y de las importantes- sobresalieron en este miércoles de llamadas y reuniones discretas: Rodrigo Rato, presidente de Bankia, y Luis de Guindos, director del centro financiero de PricewaterhouseCoopers. Los dos asesoran habitualmente al hoy presidente electo, y de ahí que encabecen las quinielas de ministrables.

Rato, vicepresidente económico en la era de José María Aznar, inició la jornada con el presidente de la CEOE, Juan Rosell, en un desayuno informativo en Madrid. Pero, tras ello, se desplazó a la sede nacional del PP, donde le esperaba Rajoy. Tal y como avanzó Voz Populi, el presidente de Bankia subió a la séptima planta de Génova13 para "despachar, como hacen habitualmente", puntualizan las fuentes consultadas.

Desde hace días, voces cercanas a Rato aseguran que, en caso de entrar en el Ejecutivo, le gustaría que fuera al frente del Ministerio de Exteriores, al que Rajoy le quiere dar un perfil económico "muy importante". Sería, según sus propias palabras, un "superministerio", el segundo en importancia tras el económico. Lo que al exvicepresidente no le apetece es "competir consigo mismo", habida cuenta de que ya llevó las riendas de las cuentas económicas con Aznar.

A pocos kilómetros de donde Rajoy y Rato despachaban, y a la misma hora, De Guindos se hacía un hueco al protagonizar el último observatorio económico de la fundación FAES. Ante una expectación inusitada -incluso hubo canutazos, algo impensable en este tipo de foros-, el asesor económico de Rajoy se enfundó el mono de ministro económico al plantear recetas tras hacer un negrísimo diagnóstico.

Según alertó ante expertos económicos de la talla de Juan Velarde, España entrará en "recesión" en el cuarto trimestre si no se toman las medidas oportunas. El problema de base, arguyó, es que el país no se recuperó del todo de las últimas crisis, y de ahí la situación "poliédrica" de la economía, con un "deteriorado" mercado laboral o "una situación de liquidez extremadamente tensa" por parte de las comunidades autónomas.

La primera prueba de fuego vendrá nada más iniciar el año 2012, cuando va a ser necesaria una "reestructuración de hasta un 50% del sector financiero". "Lo más urgente", explicó un didáctico De Guindos, será no obstante enfrentarse a los vencimiento de la deuda tanto pública como privada, y que cifró en 330.000 millones de euros, lo que supondría el 30% del PIB.

De Guindos también echó a la bolsa de los problemas el resolver "las dificultades" del sector bancario español, y frente a ello presentó su plan de acción, calcado al de Rajoy. "El objetivo: generar confianza", arrancó, elogiando el mensaje a la nación del presidente electo nada más conocer su victoria.

Ahora bien, además de "austeridad", el candidato a ocupar la cartera de Economía habló también de otros canales porque "hay que poner las bases para generar credibilidad y confianza". "Reformas económicas", exclamó, citando una a una las que "el futuro Gobierno" ve necesarias. "No hay nada en esta vida como reconocer la realidad", remató, entonando en su cierre "una nota de esperanza".

Ya en una conversación informal con colegas económicos y miembros de FAES, De Guindos les aseguró que "no" ha hablado aún con Rajoy, corroborando la extendida teoría de que el presidente electo sigue fiel a sus tiempos y manteniendo la incógnita también de puertas para adentro. "Lo contrario sería un error, ya que de inmediato llegaría las filtraciones", apuntó alguien que bien conoce las cocinas del poder. Rajoy pretende seguir enclaustrado hasta su reunión con José Luis Rodríguez Zapatero, de la que aún no hay fecha.

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