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El PP planteará fijar un núcleo de competencias indelegables del Estado

La ponencia del PP para el "nuevo tiempo político" incluye la recuperación de "la nación, como sujeto máximo de la soberanía nacional".

Mariano Rajoy sí cree en España, aseguran quienes le conocen. Se puede equivocar más o menos en la toma de decisiones, pero lo hace, según sus propias palabras, en pro del interés general. "España es una de las naciones más importantes de la historia universal. Ha llegado la hora de escribir una nueva página en la historia, ha llegado la hora de los españoles", proclamó, en su último discurso antes de que ganara las elecciones generales.

Un compromiso, una regla de oro, que lleva ahora a su ponencia política, que será aprobada en el Congreso Nacional que el Partido Popular celebrará en Sevilla en febrero, y en el que el propio Rajoy será reelegido presidente de la formación. "Quiero garantizar la cohesión nacional" como baluarte "de nuestra fortaleza", dijo cuando aún era candidato a presidente. Ya en la Moncloa, quiere fortalecer esa idea a través de sus siglas políticas.

Bajo el título Comprometidos con España, el boceto del texto habla de "recuperar la idea de nación" en este nuevo "tiempo político" tras un periodo "demasiado largo en el que era un concepto discutido y discutible", en referencia a las ya míticas palabras pronunciadas por el hoy expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero. A cargo del texto, uno de los más patrióticos barones del PP, el melillense Juan José Imbroda; el también nada sospechoso presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; y el líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, en un gesto interno indudable ya que una legislatura atrás María San Gil dejaba el partido precisamente por la redacción de esta ponencia.

"En el PP reafirmamos que la nación, sujeto máximo de la soberanía nacional, no es otra que la nación en que se fundamenta la Constitución y que expresa la voluntad de los ciudadanos", destaca el texto. El objetivo ya lo pusieron encima de la mesa destacados del partido, hoy reconfortados, como Esperanza Aguirre, quien alertó el pasado año de que "España hoy es un país que funciona de facto como un país federal pero que, como no lo es constitucionalmente, tiene todas las desventajas que tienen los Estado federales, pero carece de todas las ventajas que el federalismo posee".

También José María Aznar alertó de que "España no puede competir con diecisiete comunidades que quieren ser miniestados", elevando una petición que la propia ponencia lleva a su seno: la revisión del modelo autonómico. O, en otras palabras, una "leal colaboración entre el Estado y las mismas" por entender que "eso fortalece la nación", incluyendo en este sentido "acometer las reformas que mejoren el funcionamiento del sistema".

Por ello, la ponencia popular –que aún tiene que se rubricada por el partido- defiende reformas que aseguren los valores del pacto constitucional, como fijar un núcleo básico de competencias indelegables por el Estado, así como la capacidad de las Cortes de llevar a cabo modificaciones que, por su naturaleza, requieren un tratamiento común en el conjunto del Estado.

"España no se rompe, España es una gran nación y estará segura en manos del PP", remató uno de los encargados del texto, en conversación informal con este diario. "Hay que recuperar el orgullo de ser españoles. ¡Basta de complejos!", afirmó Aguirre, sacando a colación una idea que ahora el PP lleva a su ideario. Con esta contundencia, Rajoy quiere mandar un mensaje claro a navegantes, a pesar de que su intención en el día a día sea negociar y dialogar con aquellos que acepten las reglas de juego.

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