En su derecho a la última palabra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón –suspendido de sus funciones- ha negado que se "violentase o lesionase" el derecho de defensa de los abogados de la trama Gürtel cuando se produjeron las escuchas en los locutorios de la cárcel de Soto del Real (Madrid).
El magistrado, quien se ha mostrado "satisfecho" con el transcurrir del juicio, ha solicitado a la Sala de siete magistrados del Tribunal Supremo que lo absuelva de los delitos de prevaricación y contra las garantías constituciones porque es "inocente". Garzón se juega una condena desde diez hasta diecisiete años de inhabilitación, es decir, el final de su carrera profesional atendiendo a sus 56 años.
Consciente de la importancia de esta vista, en su alegato final, el magistrado ha recalcado que "todas y cada unas de las decisiones" que adoptó cuando fue el instructor del caso Gürtel. El magistrado ha señado fueron adoptadas de forma reflexiva e interpretando la ley nacional e internacional de forma "estricta".
Con voz afónica, Baltasar Garzón ha recordado que la Constitución española establece la obligación de respetar los derechos de todos los ciudadanos y que también el derecho de defensa. El magistrado ha argumentado que todas las medidas que adoptó cuando se intervinieron las conversaciones entre los letrados e imputados en la prisión de Soto del Real (Madrid) porque no cabía otra posibilidad ya que pensaban que los presos estaban presuntamente deliquiendo desde la cárcel.
Además, Garzón ha recordado que se trataba de evitar la comisión de un delito de blanqueo de capitales, que es de carácter grave, y que las leyes exigían adoptar la medida que él llevo a cabo" en virtud de las circunstancias concretas de ese acto y en ese momento. De hecho, ha recordado que los agentes de la UDEF tuvieron que desplazarse al extranjero "porque era allí donde se cometían los hechos delictivos y donde desaparecían los fondos"
Finalmente, y sobre el método realizado para hacer los expurgos, ha puntualizado que el juez "no puede prescindir del Ministerio Fiscal y de su concurso en el desarrollo de una instrucciónm mucho menos cuando las diligencias están secretas", y que en este caso la fiscalía Anticorrupción "contribuyó" a esta tarea.
Asimismo, el juez ha vuelto a repetir este jueves que no utilizó los datos obtenidos con los pinchazos telefónicos para practicar ninguna diligencia cuando fue el instructor de Gürtel, y por lo tanto, para avanzar en la investigación.
Previas a las palabras de Garzón, se escucharon en el Salón de Plenos del Alto Tribunal las de Francisco Baena Bocanegra. El letrado ha dicho que Garzón no ha cometido delito alguno y que el de la prevaricación es la actividad delictiva que más puede herir a un juez. "La prevaricación es el delito que más hiere en el corazón a un juez", apostilló el letrado.
Asimismo, Baena Bocanegra calificó el juicio a su cliente como un caso que se enmarca en un "contexto singular". "Es singular que a un juez de la Audiencia Nacional en el plazo que va desde febrero a octubre de 2009 soporte ni más ni menos que tres querellas por el mismo delito". "Es terrible", subrayó el abogado. La defensa también ha asegurado que Garzón está sufriendo: "lo sé y me consta", subraya.
Baena Bocaegra ha señalado que él "no comparte" las acusaciones del letrado José Antonio Choclán quien en esta última sesión ha destacado que estamos ante un caso de una clamorosa prevaricación. "¿Por qué no cambiar clamorosa prevaricación por clamorosa equivocación, clamorosa exageración?, ha cuestionado retóricamente la defensa.
Asimismo, el abogado de Garzón ha señalado que no es la única que apuesta por la inocencia del juez de la Audiencia Nacional -suspendido de sus funciones- ya que también lo hace el Ministerio Fiscal, quien ha solicitado la absolución del magistrado estrella.