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Un testigo declara que no vio órdenes escritas para desguazar los trenes

Recibió la orden de despejar las vías "con celeridad" a las 11h del 11-M. Los restos de los vagones explosionados se enviaron a una fragmentadora.

Recibió la orden de despejar las vías "con celeridad" a las 11h del 11-M. Los restos de los vagones explosionados se enviaron a una fragmentadora.

La juez Cillán tomó ayer declaración, a instancias del sindicato de funcionarios Manos Limpias, a diversos altos cargos de Renfe y de empresas filiales y subcontratistas, con el fin de determinar quién autorizó la destrucción de los trenes del 11-M.

La declaración que más dio de sí fue la de Fernando Íñiguez, que el 11 de marzo de 2004 era director general de EMFESA, la filial de Renfe encargada de la venta de material de desecho y de segunda mano. Íñiguez declaró que el 11M, sobre las 11 de la mañana, recibió una llamada del Director Gerente de Mantenimiento Integral de Renfe, Ángel Olaiz, que le dijo que su departamento se haría cargo de la retirada de los vagones de Atocha y El Pozo, pero que EMFESA tenía que hacerse cargo del tren de la calle Téllez. Le dijo que "lo prioritario era la celeridad", que había que despejar las vías, pero que esperara a que se recibiera la autorización del juez, que estaba en permanente contacto con el representante legal de Renfe, D. José Luis Marroquín.

"El Sr. Oláiz me llamó a las 4 de la tarde", declaró Iñiguez, "y me dijo que ya había autorización. La Policía Judicial nos retuvo hasta las seis, y el desguace y la retirada empezaron a las 18:00 horas del día 12". Preguntado sobre si a EMFESA le llegó esa autorización judicial, declaró que no, y que tampoco tuvo conocimiento de ella posteriormente.

El entonces director general de EMFESA declaró también que los vagones de la calle Téllez no se podían mover (debido al estado en que se encontraban), por lo que hicieron "un predesguace, cortando si era posible el vehículo en dos partes y, si no era posible porque no entraban las cizallas, en tres trozos. Una vez cortada cada sección, se levantaba con una grúa y se metía en un trailer". Los trozos de trenes fueron conducidos a la explanada de Santa Catalina, al taller de Villaverde Bajo.

Estuvieron día y noche trabajando en el escenario de la calle Téllez, junto con las empresas subcontratadas, hasta la madrugada del día 16. "Un vehículo de EMFESA estuvo haciendo toda la limpieza de la zona afectada, materiales del mismo desguace, elementos sanitarios que quedaron después de atender a las víctimas". En la tarde del 16 comunicaron a Renfe que aquello quedaba despejado y el servicio se volvió a reanudar, según recuerda, el día 17.

El testigo confirmó que "la Policía Nacional, Municipal y Judicial estaban allí permanentemente. Se interrumpieron los trabajos el día 13 a eso de media mañana, llegaron agentes de policía judicial, interrumpieron el desguace, subieron a los trenes, los registraron durante dos horas, se llevaron alguna caja y nos dijeron que podíamos continuar. Aparecieron algunos objetos personales como teléfonos y libros, que se entregaban a la policía judicial".

En total se llevaron más de 80 toneladas de material. "Ese peso es básicamente material de vertedero: asientos, recubrimientos, paneles, suelos... y solo hay metálico la chapa del tren".

En cuanto al destino de ese material, el testigo declaró "que la chapa y el material de vertedero están íntimamente trabados; se llevan a la fragmentadora y por un lado sale el material de vertedero y por otro el material aprovechable". Esto se llevó a cabo en la empresa Lyrsa, en Mejorada del Campo.

Interrogado por el tiempo que aquel material pudiera haber estado sufriendo el proceso de fragmentación, el director general de EMFESA dijo ante la juez Cillán que no sabe cuánto tiempo estuvo el material en esas fragmentadoras. "Nosotros estábamos obteniendo ingresos por la venta de esa chatarra y contabilizando los gastos de la operación de chatarra, pero una vez llegados a la planta de Lyrsa, nosotros perdemos el control. Entregamos a Lyrsa el mismo día 14 y a nosotros nos paga Lyrsa dentro del mes de marzo".

"Nosotros no informamos, ni nadie nos preguntó dónde quedaron los restos de los trenes. Tiempo después había preguntas, pero en los medios de comunicación", contestó, a preguntas del abogado del sindicato de funcionarios Manos Limpias, José Luis Abascal.

Finalmente, preguntado por la abogada defensora del comisario Sánchez-Manzano, María Ponte, el testigo aclaró que lo que había contado se refería al tren de la calle Téllez, en cuya retirada de las vías participó su empresa, pero que EMFESA también participó en el desguace de los trenes de El Pozo y Atocha: "una vez en el taller, y una vez rescatadas las piezas varias, sí se realizó el desguace indistintamente de los de una calle u otra".

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