De 1995 a 2012 han pasado ya 17 años pero Baltasar Garzón sigue siendo protagonista de la prensa. Sin embargo, sí hay cosas que han cambiado como la actitud del diario El País ante la actuación del que será expulsado de la carrera judicial.
Basta recuperar el editorial que el diario de Prisa dedica a la condena a 11 años de inhabilitación a Garzón este viernes y el que publicó en 1995 con respecto al caso que éste protagonizó con el Gobierno González por los llamados "papeles del Cesid".
Este jueves El País hace una enrevesada defensa del que fuera juez de la Audiencia Nacional y habla de un "Garzón, neutralizado". El diario hace alusión en varias ocasiones a cómo el Supremo "avala las tesis de la defensa" de los cabecillas de Gürtel. También califica la acción de los siete jueces de "canto al derecho de defensa", con el único objetivo de "anular a Garzón como juez".
A continuación, el editorialista de Prisa saca a relucir a la Fiscalía y al juez Pedreira y les atribuye los mismos hechos por los que ha sido condenado Garzón. Además, no tiene empacho en calificar de "disparatadas" algunas de las partes de la sentencia del Supremo. Una sentencia que, según numerosos expertos consultados por LD, lejos de ser disparatada, es "demoledora".
Para El País -ahora en 2012- el fin justifica los medios. Para muestra, un botón:
"La hipótesis de impedir el delito explica la actuación de Garzón en un caso de delincuencia organizada, con abundantes medios para burlar la ley, incluida la posible complicidad de abogados bien remunerados. Ha prevalecido, en cambio, la más disparatada, absurda e incluso ofensiva: que buscó desbaratar 'las estrategias de defensa' hasta el punto de colocar 'el proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios'. Pero era lo que servía para alcanzar el objetivo buscado: anular a Garzón como juez".
Pero estas máximas no siempre han sido tan ferozmente defendidas por el diario. Recordemos en 1995 cómo El País salía en defensa del Gobierno de González por los papeles del Cesid y el caso GAL. Entonces, el fin no justificaba los medios. El juez objeto de la indignación de la cabecera de Prisa en 1995 no era otro que el juez Garzón. En su defensa del Gobierno de González por los GAL, El País acusaba de "extralimitación" en sus funciones a Garzón.
Si ahora acusa al Supremo de hacer prevalecer una hipótesis "disparatada, absurda e incluso ofensiva" frente al argumento de Garzón de que su intención era la de "impedir el delito", por mucho que ésto pasara por encima de las leyes, en 1995 la actuación de Garzón "infería en una parcela" que no le correspondía.
Un argumento que no resiste la comparación. Después de leer el párrafo arriba reproducido, correspondiente al cierre del Editorial de este viernes 10 de febrero de 2012, lean este del 17 de octubre de 1995. El País decía entonces que:
"De ser así, Garzón estaría interfiriendo de forma oblicua en una parcela de los GAL que no le corresponde a él investigar, sino al instructor del Supremo. Ningún fin, ni siquiera el de conocer toda la verdad sobre los GAL, justifica pasar por encima de los procedimientos. El principio de que no todo vale rige tanto en la lucha contra el terrorismo como en la investigación de los delitos cometidos a su amparo".