El pacto político entre los socialistas vascos y batasunos no está descartado. El lehendakari, Patxi López, calificó como "muy complicado" que el PSE y la franquicia electoral que ETA pueda presentar a las próximas elecciones vascas lleguen a un acuerdo de gobernabilidad, pero no cerró las puertas a que pudiese suceder.
Durante el desayuno informativo de Europa Press, celebrado en el hotel Villa Magna de Madrid, aseguró que a ambas formaciones "nos separan abismos" y que "ese mundo todavía tiene que adaptarse a la democracia", pero recordó que Batasuna "ya está en las instituciones", algunas "muy importantes", como la Diputación Foral de Guipúzcoa o el ayuntamiento de San Sebastián.
Criticó duramente la gestión de los proetarras en estas instituciones e, incluso, se mostró abierto a apoyar una moción de censura para desalojarles del poder, especialmente en la institución foral, aunque volvió a colocar la pelota en el tejado del PNV.
El lehendakari aseguró que en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre "mucha gente pensó que el voto a la izquierda abertzale era lo más rápido para llegar a la paz", pero no dudó en alabar la gestión de su gobierno. "Hay que poner en valor lo que ha significado este Gobierno en la lucha contra el terrorismo", dijo.
López tampoco dejó escapar la ocasión para hablar sobre los presos de la banda terrorista. Apostó por la concesión del tercer grado y, por lo tanto, por la excarcelación, de los etarras que cumplen condena y tienen enfermedades de relativa gravedad, así como por la de aquellos que demuestren que se han arrepentido de los crímenes que han cometido. También se mostró partidario del acercamiento de los presos a prisiones cercanas a las comunidades vasca y navarra.
"Hay que decirles que asuman la responsabilidad de su pasado. Ha habido presos que ya lo han hecho, e incluso, etarras que se han sentado con sus víctimas", ha recordado López, pero no ha considerado imprescindible que estos etarras tengan que pedir perdón por sus crímenes.
Al ser preguntado acerca de la propuesta del Ministerio del Interior sobre que las víctimas del terrorismo puedan recurrir ante el juez de vigilancia penitenciaria las decisiones judiciales relacionadas con los asesinos de sus familiares. "No me parece que debamos erigir, con todo respeto, a colectivos víctimas como censores o no de ciertas políticas", ha advertido.
Hizo un repaso de lo que ha significado en los últimos tres años el hecho de que los socialistas y no el PNV estén ocupando el palacio de Ajuria Enea. Según recordó, "comenzamos la legislatura con ETA y la terminamos sin actividades terroristas. Solo por esto ha merecido la pena estar en el Gobierno vasco. Ahora toca trabajar para buscar el consenso para que ETA se disuelva definitivamente y buscar la concordia en Euskadi".
Tras esto, advirtió que el regreso de los peneuvistas al Gobierno vasco podría traer "la vuelta al pasado de la confrontación y la bronca permanente" que supusieron para la comunidad vasca los años de Juan José Ibarretxe al frente del Ejecutivo de Vitoria. "No es ese el debate que necesitan los vascos", añadió.
El lehendakari aseguró que su llegada al gobierno regional supuso un cambio de "agenda" en la política vasca y situar las prioridades del Gobierno "donde están las prioridades de la ciudadanía: la economía, el empleo, la educación, la sanidad".
Por último, afirmó que el Gobierno vasco está estudiando qué facilidades pueden dar a los exiliados que salieron del País Vasco por la amenaza terrorista para que regresen a la región si así lo desean, pero se mostró contrario a la posibilidad de que estos exiliados por la amenaza etarra puedan votar en las elecciones autonómicas. "Lo de votar me parece peligroso, porque otorgamos el privilegio del doble voto", dijo.