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Rajoy: "España no se puede quedar parada"

El presidente del Gobierno ha hecho una primera valoración del revés que han supuesto los comicios andaluces. Las reformas, garantiza, continuarán.

La relación entre Mariano Rajoy y Javier Arenas es aprueba de disgustos electorales. Cuando el primero perdió por segunda vez consecutiva las elecciones generales, allí estuvo el barón andaluz para respaldarle públicamente y dejar que hiciera en Andalucía su particular campaña de cara al Congreso de Valencia. Hoy, quien necesitó del espaldarazo público fue Arenas.

Las palabras de cariño le llegaron desde Seúl, una vez repuesto del disgusto inicial. El presidente del Gobierno reconoció a los suyos que no se esperaba el resultado electoral, y de hecho compartió con el propio Arenas su frustración en dos conversaciones telefónicas. Ya a micrófono abierto, y digerido a duras penas el trance, Rajoy se definió "orgulloso" de su fiel aliado por el "gran resultado" obtenido en Andalucía, a pesar de no alcanzar la ansiada mayoría absoluta.

"En política no siempre consigue uno el cien por cien de los objetivos que se propone", manifestó, poco después de poner pie en el aeropuerto internacional de Seúl, donde participará el martes en la II Cumbre de Seguridad Nuclear que le permitirá saludar por primera vez a su homólogo norteamericano, Barack Obama.

Eso sí, se cuidó muy mucho de hablar de fracaso: "En absoluto", recalcó, habida cuenta de que el PP logró "el mejor resultado en la historia" del partido. Recordó, en este sentido, que nunca antes se habían ganado las elecciones, a pesar de no llegar a esos 55 escaños que les hubieran permitido gobernar.

El segundo mensaje del presidente fue un aviso a navegantes en una semana especialmente difícil para su Gobierno. "Las reformas continuarán" porque "España no se puede quedar parada", solemnizó. En este sentido, las fuentes de Moncloa consultadas no cambiaron una coma a la versión dada a este diario en la mañana del domingo, cuando todo el mundo daba por hecho la mayoría absoluta en Andalucía: a Rajoy "no le temblará el pulso" porque "somos cumplidores".

"No es un capricho", continuó Rajoy, recalcando que él "nunca" ocultó que "esto no iba a ser fácil, que era muy difícil". "España hoy no se puede quedar parada ni anclada treinta años atrás. Hay que mirar al futuro, hay que hacer reformas; los demás los hacen y nos estamos jugando el futuro de España, no de los próximos dos años, sino el futuro de España en muchos años", aseveró.

Precisamente por la dureza de las medidas, en Moncloa reconocen que se enfrentan a una "semana dura, muy dura, durísima". El jueves, huelga general. El viernes, luz verde a unos Presupuestos Generales del Estado que serán "muy duros" e incluirán "ajustes que no van a gustar", afirma un ministro. Pero, pese a todo, el Ejecutivo asegura que "seguirá hacia delante".

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