El presidente del Gobierno llegó a definirse "no preparado" para una manifestación de víctimas del terrorismo en contra de su política penitenciaria. "Espero no dar motivo para que eso se pueda producir", destacó, consciente -no obstante- del malestar causado entre quienes sufrieron el azote de la banda terrorista ETA así como de un sector nada desdeñable de su partido.
Por primera vez desde que estallara la polémica, Mariano Rajoy se refirió expresamente a las víctimas. Y lo hizo para insistir en que su política antiterrorista es "clara y contundente" por lo que, a su juicio, no tiene por qué provocar alarma. "No creo haber dado ningún motivo" para las protestas, aseguró.
En este sentido, volvió a la estrategia de negar ningún tipo de negociación con la banda: "No tengo ningún compromiso con ETA", zanjó, poniendo su disolución como paso previo para cualquier tipo de contacto. "Mientras exista será una organización terrorista y la ley tiene que perseguirla", expuso contundente.
Rajoy, que negó que nada se esté haciendo a espaldas del "sistema", rechazó que tenga "ninguna intención" de cambiar la política penitenciaria, a pesar del acercamiento de presos. No mentó la necesidad de pedir perdón a las víctimas, si bien apostilló que "en el asunto de los presos" se hará "lo que diga la ley". Puntualizó que, a su juicio, éste no es "el tema más fundamental".
Este domingo, el presidente volverá a pronunciarse sobre la lucha contra ETA en la clausura del congreso del PP vasco en la que Antonio Basagoiti rubricará una ponencia política en la que expondrá las líneas básicas a seguir en esta materia.