No está mal, pero, a quines hay que condenar con la PERPETUA es a los malnacidos de los TERRORISTAS
Que bonitos giros del lenguaje para decir que no harán nada.
Las SECTAS políticas que dominan y monopolizan el poder en España, tienen obsesión por proteger y defender los derechos de terroristas, asesinos, violadores y delincuentes en general.
Prefieren a los delincuentes que a sus víctimas y al resto de la sociedad, que reclama a voces cambios sustanciales en el asqueroso Código Penal que padecemos y las leyes penitenciarias.
Parece que existe cierto "corporativismo" entre delincuentes y políticos en general, ¿por qué será?
De acuerdo con jlh. Mucha gente criticando a D. Francisco pero ahora quiere ser más intransigente que él. Cuando ni por asomo la policía llegó a ser como la de la democracia americana. Cuando el comunista González Márquez cerró los psiquiátricos. No obstante, para ser consecuentes, el ministro masón debería dialogar con ellos, legalizar sus partidos y obligar a los familiares de sus víctimas a comparecer ante ellos en talleres para niños. Pero cuando no haya niños. Simplemente por apariencia, pues ya sabemos que Rafita y otros son más libres y cobrarán ayudas sociales con nuestros impuestos. Punto arriba, punto abajo, ¡que el IVA sea el 21 %!
capalmon,
pero qué sabes tú que no sepa yo.
Los pederastas son gente. Los terroristas son gente. Los violadores son gente.
Al menos se han atrevido a luchar por lo que sienten y piensan. Cosa que no has hecho tú en tu vida, como borrego del sistema. Absurdo e ignorante.
Es más probable que un terrorista se arrepienta y se reintegre en la sociedad que un pederasta o un violador compulsivo. No tienen cura y siempre reinciden.
Y tu, Gallardon, como persona instruída lo sabes de sobra.
¿Entonces?
El alargamiento de la "privación de libertad" para estos monstruos llegará hasta que el padre de Marta abandone el despacho de Gallardón. Total, como se habrá ido contento, pues eso!!!.
Elocuentes palabras, nulos hechos.
Sospechábamos conoceros, pero no hemos tardado en averiguarlo después de votaros.
Pues la verdad es que no sé por qué no se extiende a esos delitos la pena de cadena perpetua; con todas las revisiones que se quieran, pero "perpetua".
Como la de determinados homicidios, con ensañamiento. Tú te ensañas con la víctima, la sociedad hace justicia. Para evitar nuevos episodios de ensañamiento, ¡a la sombra! Porque es lo del ensañamiento o el daño innecesario lo que caracteriza a los delitos de terrorismo, no lo olvidemos.
Como no sea porque teman que esa sí se la puedan aplicar a gobernantes y legisladores... no lo entiendo.
Franco, ese horrible dictador fascista, no era tan benevolente con los delincuentes como nuestros políticos “demócratas”.
Afortunadamente, Franco y el franquismo ya son historia, y nuestros delincuentes disfrutan de unas libertades impensables durante aquella aberrante dictadura.
Son ustedes una verdadera vergüenza. Pensé, y obviamente no tenía razón, que, si alcanzaban la mayoría absoluta, pondrían fin a tanta injusticia. Estoy convencido de que, si hubiesen actuado como muchos esperábamos, habrían obtenido el respaldo de una gran mayoría de votantes, con independencia de su signo político.
Si no pueden hacer justicia no es porque seres de otro planeta hayan colonizado España y nos hayan impuesto un código legal aberrante. Han sido ustedes, los políticos españoles, quienes, en época de UCD, del CDS, del PSOE o del PP, han redactado la legislación más injusta de que se tenga noticia histórica. Con mucha más razón que los etarras, pues mientras ellos se benefician del engendro de que ustedes son los únicos culpables yo lo sufro, rechazo su justicia, que no es tal.
Si alguien me contesta que la Constitución es el principal impedimento para introducir la cadena perpetua en casos como los citados, quémese sin contemplaciones. Resarcir a los familiares de una víctima (pues, al fin y al cabo, ellos también son víctimas) por medio de un duro castigo (que nunca podrá aplicarse en esos hoteles de gran lujo que en España se llaman "cárceles") es lo mínimo que se puede esperar de una ley que, como cualquier otra, tiene la obligación de reparar (o intentarlo) el daño recibido por cualquier ciudadano.