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Sortu: la marca de ETA que nació de la negociación

Los batasunos querían presentar el partido a las elecciones municipales y forales de mayo de 2011.

Destrozados por la actividad de las Fuerzas de Seguridad del Estado todos los intentos de reconstruir Batasuna, los responsables del brazo político de ETA comenzaron a trabajar en septiembre de 2010 en la construcción de una nueva formación política que les permitiese regresar a las instituciones.

En ese momento, contaron con la complicidad de un Gobierno, dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, que venía de negociar políticamente con la banda terrorista, en la que le había ofrecido a ETA la legalización de su brazo político. Además, había influido todo lo posible en el TC para que permitiese la participación en las elecciones europeas de 2009 de Iniciativa Internacionalista, una coalición de partidos de extrema izquierda extraparlamentaria que acogió en su seno a candidatos batasunos. De hecho

Para superar todos los obstáculos y, especialmente, la Ley de Partidos, la creación de los estatutos de este nuevo partido recayó en Iñigo Iruin, un veterano abogado que defendió a terroristas de ETA en la Audiencia Nacional, fue miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, senador de HB durante cuatro años en la Cámara Alta, diputado HB en el Parlamento vasco durante casi una década, y asesor del por entonces jefe de ETA, Eugenio Etxebeste Antxon, en las negociaciones de Árgel de 1989.

El nuevo partido fue presentado oficialmente el 7 de febrero de 2011 en el Palacio Euskalduna de Bilbao, teniendo como padres de la ceremonia al propio Iruin y a Rufino Etxeberria, un veterano dirigente de HB-EH-Batasuna conocido por defender durante los años noventa la aprobación de la ponencia Oldartzen (Embistiendo), que abogaba por la socialización del sufrimiento. Es decir, propugnaba el asesinato por parte de ETA de políticos, jueces, fiscales o periodistas, entre otros.

Para superar el obstáculo al que se enfrentan todas las marcas electorales de ETA, la Ley de Partidos, los estatutos de Sortu tuvieron importantes novedades, como el rechazo a todo tipo de violencia "sin ambages", incluida la de ETA, y un cambio absoluto en el modelo organizativo.

También, abogaban por "el reconocimiento y reparación de todas las víctimas originadas por las múltiples violencias que han tenido presencia en nuestro pueblo en las últimas décadas". Es decir, en la línea del discurso proetarra comparaban a las víctimas del terrorismo con los etarras que ingresan en prisión y colocaban en un plano similar el terrorismo de ETA y la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Pese a los cambios en los estatutos y el rechazo de la violencia, la nueva formación nació con claros indicios de ilicitud, debido al alto número de veteranos dirigentes de HB-EH-Batasuna, cabecillas de candidaturas que fueron ilegalizadas y recientes cargos públicos de PCTV-ANV que habían respaldado sus actos de constitución y presentación; a su negativa a condenar la historia terrorista de ETA; y su negativa a pedir a la banda su disolución y la entrega de sus armas.

Esos indicios y otros más que fueron recogidos por los informes de la Guardia Civil y la Policía Nacional sirvieron de prueba al Tribunal Supremo para ilegalizar a la formación, por ser sucesora de HB-EH-Batasuna, en marzo de ese año. Por ello, Sortu no puedo ser la marca electoral de ETA en las elecciones municipales y forales de mayo de 2011. Desde entonces, estaba pendiente el recurso en el Tribunal Constitucional.

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