La expectación generada por la comparecencia del "todopoderoso" Zarrías, así lo definió la portavoz de IU, estuvo falta de "perejiles", como definió el propio ex consejero de la Presidencia a los elementos precisos para que algo estuviese completo en la Junta de Andalucía. A pesar de haber sido consejero durante más de diez años, muchos de los cuales como consejero de la Presidencia, coordinador de las demás consejerías, no sabía nada de nada.
Zarrías no era amigo de Juan Lanzas, con el que aparece en fotos acompañado de familiares de Ruiz Mateos, en cuya casa nunca estuvo, ni conocía a otros sindicalistas más que de lejos aunque operaran en Jaén, tierra a la que conoce como la palma de la mano. Reconoció que era, es y será amigo del ex consejero Antonio Fernández, no tuvo reparo en subrayar que el consejero de la Presidencia no interfería para nada en el trabajo de otras Consejerías.
Tampoco el Interventor le hizo llegar nunca ningún informe sobre el uso ilegal o irregular de los fondos de la partida 31L, ni habló con nadie de posibles deficiencias o corruptelas. Por supuesto, no habló jamás con Manuel Chaves ni con José Antonio Griñán a pesar de las elevadas cifras de una partida que había que corregir todos los años al alza por el crecimiento del gasto, del que sí tenía conocimiento. Tampoco sabía cómo se delegaban las competencias en su Consejería. A pesar de que su jefe de gabinete estaba como miembro de pleno derecho en la Junta Rectora del IFA, entidad pagadora de los fondos de reptiles, nunca le comentó nada acerca de irregularidades.
Sí recordó cómo Guillermo Gutiérrez, otro ex consejero vinculado al clan de El Pedroso, fue el que nombró al director general Francisco Javier Guerrero, del que tampoco fue amigo nunca. No ha de extrañar por tanto que Zarrías no supiera de quién fue la decisión y la responsabilidad política de la puesta en marcha de un procedimiento para dar fondos a empresas y trabajadores, bastantes de ellos ligados al PSOE o sus zonas de influencia que eludió todo tipo de controles, arbitrario y vulnerador de la legalidad, al decir del Interventor General. Da Manuel Chaves, subrayó específicamente, no fue.
La parcialidad del Presidente de la Comisión
El presidente de la Comisión, el militante de IU y diputado Ignacio García, al que ya se le vio el plumero partidista durante la tramitación de una Comisión que vio amputadas sus potenciales de tiempo y comparecientes, ya ha tenido varios encontronazos aunque sólo con los diputados del PP. El primero lo tuvo con la diputada popular Teresa Ruiz Sillero, a la que de manera irrespetuoso, preguntó si seguía siendo la portavoz del PP en la sesión cuando era obvio que lo era.
En la sesión de hoy, el portavoz del PP, Carlos Rojas ha llegado a decir que "el presidente sólo quita la palabra a los diputados del PP". Posteriormente, volvió a retirar la palabra al PP, en esta ocasión, cortando el micrófono sin más aviso.