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Bacigalupo se jubila y pasa a ser magistrado emérito del Supremo

El BOE de este lunes 14 de julio recoge la aplicación del artículo 200 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) por la que, al cumplir 70 años, el magistrado Enrique Bacigalupo Zapater se jubila. La jubilación es forzosa. No es obligatorio, sin embargo, su nueva condición de “magistrado emérito” para la que la ley prevé requisitos. El ejercicio de la abogacía privada no le depara demasiado futuro a Bacigalupo, que a fecha de hoy, no consigue despacho en ninguna firma de prestigio.

El BOE de este lunes 14 de julio recoge la aplicación del artículo 200 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) por la que, al cumplir 70 años, el magistrado Enrique Bacigalupo Zapater se jubila. La jubilación es forzosa. No es obligatorio, sin embargo, su nueva condición de “magistrado emérito” para la que la ley prevé requisitos. El ejercicio de la abogacía privada no le depara demasiado futuro a Bacigalupo, que a fecha de hoy, no consigue despacho en ninguna firma de prestigio.
(Libertad Digital) En España, al magistrado del Supremo Enrique Bacigalupo le llega por ley debido a que ya ha alcanzado la edad de 70 años fijada por la LOPJ. Lo anunciaba este lunes el BOE.
 

De conformidad con lo establecido en los artículos 131 y 386.1 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, y en el artículo 28.2 a) y 3 e) del Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Clases Pasivas del Estado, por Acuerdo de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial adoptado en su reunión del día 19 de febrero del año 2008,
 
Vengo en declarar la jubilación forzosa por edad de don Enrique Bacigalupo Zapater, Magistrado del Tribunal Supremo, con destino en la Sala Segunda, de lo Penal, de dicho Alto Tribunal, por cumplir la edad legalmente establecida de 70 años, el día 14 de julio del año 2008, con los derechos pasivos que le correspondan por esta causa y cuya jubilación producirá efectos a partir de la fecha indicada.
 
Dado en Madrid, el 6 de junio de 2008.
JUAN CARLOS R.
 
El Ministro de Justicia,
MARIANO FERNÁNDEZ BERMEJO

 
Lo que ya no es aplicación estricta de la ley es el anuncio que figura a continuación según el cual Enrique Bacigalupo será nombrado –hay plazo para recurrirlo– magistrado emérito.
 

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial, en su reunión del día de la fecha, ha acordado nombrar de conformidad con lo dispuesto en el artículo 200.5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y por el trámite previsto en el artículo 147 del Reglamento 1/95, de 7 de junio, de la Carrera Judicial, a don Enrique Bacigalupo Zapater Magistrado Emérito del Tribunal Supremo.
 
Contra el presente acuerdo cabe interponer recurso contencioso-administrativo ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo en el plazo de dos meses, contados desde el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

 
El artículo 200 de la LOPJ, en su punto quinto, dice
  • Los Magistrados del Tribunal Supremo, una vez jubilados, serán designados Magistrados eméritos en el Tribunal Supremo cuando así lo soliciten, siempre que reúnan los requisitos legalmente establecidos y de acuerdo con las necesidades de refuerzo en la Sala correspondiente.
Y es aquí donde se hace necesario recordar, siquiera brevemente, la trayectoria de Enrique Bacigalupo:
 
El juez ha cobrado más de medio millón de euros por dos meses de trabajo en el Tesoro argentino en 1973. Ingresó en el Supremo por el turno de jurista de reconocido prestigio por ser catedrático de Derecho Penal. Su cátedra, por Lérida, duró siete horas. Después pidió la excedencia. No impartió una sola clase.
 
Nunca ha aclarado si la pensión de privilegio ha pasado por el fisco español. Llegó a decir que ni siquiera recordaba si había renunciado a ella pese a los documentos del Banco Piano que detallaban los ingresos y hasta las fechas de próximos pagos.
 
Pero su reconocido prestigio no parece haberle abierto las puertas de despachos en los que ejercer la abogacía. Según ha podido saber Libertad Digital, todavía no ha encontrado ninguno en el que quieran contar con su particular sello de calidad.

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