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Bermejo cazó gratis en una finca del Estado en la que está prohibido

La afición a la caza del ministro Bermejo está resultando cada día más polémica: el periódico El Mundo revela que cazó "gratis total" en una finca patrimonio del Estado en la que está terminantemente prohibido hacerlo. También participaba en monterías privadas de lujo.

La afición a la caza del ministro Bermejo está resultando cada día más polémica: el periódico El Mundo revela que cazó "gratis total" en una finca patrimonio del Estado en la que está terminantemente prohibido hacerlo. También participaba en monterías privadas de lujo.
Fernández Bermejo en un mitin (Archivo)

(Libertad Digital) La finca es la de Quintos de Mora, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y que se ha utilizado en varias ocasiones para actos institucionales con altas personalidades. La han visitado mandatarios como George W. Bush, Vicente Fox o Lula da Silva.

Se da la circunstancia, además, de que la finca saltó a la fama al ser el lugar en el que Felipe González convenció a Garzón para que fuese su "número dos" en las elecciones generales del año 93.

Según cuenta El Mundo varios testigos corroboran que el ministro Bermejo visitó la finca, acompañado de su mujer y su hija, en al menos dos ocasiones: entre el 1 y el 5 de agosto del 2007 y entre el 20 y el 22 de agosto de 2008.

Las dos veces practicó batidas nocturnas de jabalíes, algo que el Ministerio de Medio Ambiente ha confirmado que está terminantemente prohibido, pues en esa finca sólo se pueden abatir algunas piezas de forma muy selectiva para mantener el equilibrio ecológico de las distintas especies.

Monterías de lujo

Además, y siempre según El Mundo que cita a numerosas fuentes dentro del mundo de la caza, Fernández Bermejo tiene por costumbre acudir a monterías privadas de alto nivel, en las que el puesto de cazador tiene un coste mínimo de 3.000 euros y, en ocasiones, alcanza los 6.000 ó 7.000.

A estos precios habría que añadir lo que se paga por cada pieza cobrada, es decir, además de pagar un fijo por participar en la cacería se ha de pagar un dinero por cada animal que el cazador abate.

Por ejemplo, el ministro participó en noviembre del pasado año en una cacería en una finca en la provincia de Badajoz propiedad del empresario Ramón Lorenzo en la que el puesto de cada cazador alcanzó un precio de 6.000 euros.

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