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Blanco presume de haber sido él quien salvó a los españoles de Bombay: "Sé lo que hice"

Es probablemente el comentario más surrealista que ha publicado en su blog. Y ya es decir. Blanco alardea de valentía –desde el sillón de su casa– para ayudar a los españoles en el atentado de Bombay, y llama cobarde a Aguirre que estuvo en medio de uno de los tiroteos.

Es probablemente el comentario más surrealista que ha publicado en su blog. Y ya es decir. Blanco alardea de valentía –desde el sillón de su casa– para ayudar a los españoles en el atentado de Bombay, y llama cobarde a Aguirre que estuvo en medio de uno de los tiroteos.

L D (R. Vilas) El número dos del PSOE se supera a sí mismo en el último post de su blog El cuaderno de Pepe Blanco. No contento con arremeter contra Esperanza Aguirre recién llegada de Bombay, donde fue víctima del brutal ataque terrorista en su propio hotel del que tuvo que salir literalmente a gatas para evitar los disparos, ahora vuelve a la carga contra la presidenta de la Comunidad de Madrid –a quien pretende dejar por cobarde– y se atreve a darle una lección de valentía.

El título del artículo Lo de Bombay... es de lo que no hay tratándose de un atentado en el que murieron casi doscientas personas se comenta por sí solo. En él, Blanco alardea de una supuesta carta enviada por "un alto representante del colectivo que nutría la delegación que acompañaba a Esperanza Aguirre" en la que le agradece sus "gestiones" para salvarle. “Estoy seguro que su buen hacer y diligencia han contribuido a que tanto nosotros, como los demás españoles que se encontraban en esa ciudad hayan regresado con bien de tan triste experiencia”.

No desvela quien es el autor y se limita a decir: "No quiero revelar más detalles de la misiva". El socialista que vivió lo sucedido en Bombay desde la comodidad de su lujosa residencia en una de las zonas más caras de Madrid no se corta para decir que "muchos han sido también los que se lanzaron a hacer comentarios sin saber exactamente lo que había ocurrido allí. Y lo que es peor, sin querer conocer detalles para no estropear lo que ya tenían decidido: había que enmascarar una huida con la careta de gesto heroico y era la oportunidad para atacar a otros, sencillamente, por llamar a las cosas por su nombre".

Dice que la carta tiene valor porque "fue uno de los que sufrió el terrible acoso de la muerte en el hotel Oberoy. Y esta persona, como otros miembros de la delegación, saben quienes fueron los primeros en movilizarse y cómo; quién comunicó con algunos de ellos en los primeros momentos de confusión y pánico; quién escuchó sus demandas y quién realizó gestiones, al más alto nivel, para ofrecerles todo el apoyo que, inmediatamente, se materializó con la movilización de los representantes de la administración española a distintos niveles y de medios a su disposición". Ahí queda eso. Mientras Esperanza Aguirre huía entre cadáveres, él desde el sillón hizo un par de llamadas a sus colegas del Gobierno. La diferencia está clara.

Es más, Blanco adopta la posición de víctima: "A pesar de los insultos que recibí en su momento no he querido contar cómo viví yo aquella noche. Sé lo que hice: lo que debía como responsable político y como ser humano que debe ayudar a sus compatriotas en un momento de apuro". Dice Blanco, muy henchido él, "lo importante era salvar a toda -insisto, toda- la delegación que acompañaba a Esperanza Aguirre así como al resto de españoles y españolas que se encontraban en Bombay. Yo sé lo que hice. Y algunos de los españoles y españolas atrapados en el horror del Oberoy también".

Después de esta demostración de heroísmo, llega el colofón: "No tengo necesidad de justificar mis acciones públicamente. Hice lo que creía en conciencia. El quid de la cuestión es que otras y otros también saben lo que hicieron y, por eso, siguen intentando justificarse. Pero eso ya queda para la conciencia individual. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio".  

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