La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados y ex ministra de Cultura, Carmen Calvo, habló de su ex Gobierno y de los rumores de cambios, aumentados tras la entrevista a Jordi Sevilla, en Telemadrid. La diputada explicó que "quien tiene el mando en plaza de formar gobierno, cesar y nombrar a quien considere oportuno es el presidente" aunque, a su juicio, éste "no tiene costumbre de hablar de estas cosas". "Quienes fuimos cesados, que nos enteramos dos segundos antes como Jordi Sevilla, sabemos que esto no funciona con previos", argumentó.
Después de que el ex ministro Jordi Sevilla pronosticara una crisis de Gobierno para junio en la que preveía la marcha de la vicepresidenta Primera, María Teresa Fernández de la Vega, Calvo declaró que "la política es muy injusta casi siempre" y por eso "a la política se deberían dedicar sólo personas muy, muy maduras, personalmente muy hechas y muy fuertes". "Es injusta para todos, también para María Teresa", sentenció.
Sobre si Zapatero se presentará como candidato a la presidencia en las próximas elecciones generales de 2012, expuso que "nadie lo sabe" y que "lo decidirá él en su momento". Sin embargo, dijo que el ministro de Fomento ha dicho que Zapatero sí se presentará por tanto, desde su punto de vista, si "la persona más allegada" al presidente del Gobierno lo dice, "seguramente, será verdad".
En relación a la posibilidad de que el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, se presentara unas hipotéticas elecciones primarias en el PSOE para elegir el candidato a la Presidencia del Gobierno, Calvo indicó que ser candidato "te lo puede proponer el partido" pero es algo que "pasa por un deseo y una decisión muy personal". "Quién sabe si, en un determinado momento llegado ese punto, Pepe Bono querrá, a Pepe Blanco le parecería que es una opción, Manuel Chaves se lo podría plantear y muchas mujeres del partido", enfatizó.
Calvo afirmó que aún no sabe porqué el presidente del Gobierno decidió apartarla del Gabinete como ministra de Cultura y que se enteró de su cese "dos segundos antes". Además, expresó que no puede hablar de cómo se encuentra Zapatero porque no ha vuelto a hablar "mucho con él". "Yo cruzo con él saludos o frases. Sus ministros podrían decir cómo lo está viviendo", concretó.
Preguntada sobre la situación que atraviesa el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que en estos momentos tiene tres causas abiertas contra él en el Tribunal Supremo, opinó "Garzón ha incomodado a los dos grandes partidos de este país y ni valía que fuera estupendo cuando no tocaba un partido, ni vale que no lo sea cuando toca al que a ti no te gusta". A su juicio, Garzón no es intocable, ni un héroe, ni un villano. "Es un juez que tendrá en su hoja de servicio muchas cosas bien hechas, algunas que a mi partido no le han gustado nada, y que tendrá errores garrafales", insistió.
Además, criticó que el ex presidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra haya acusado a Garzón de prevaricación. "Con todos mis respetos, creo que prevaricar es un delito y que un dirigente político, como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, no se lo debería imputar a ningún ciudadano", apostilló.
Tras las palabras del ex presidente del Gobierno Felipe González, en las que llamaba a la Justicia "ganao", la ex ministra de Cultura defendió que González, "desde que dejó de ser presidente, tiene una particular manera de hablar, que es muy libérrima". "Yo creo que la palabra ganao ahí, en el caso de Felipe, la tenemos que entender con un cierto relajo, con un cierto respeto. No creo que fuera en términos ofensivos", aclaró.
"Lo que luego dijo es una cosa que pensamos muchos ciudadanos. Pensamos que la Administración de Justicia requiere algunos cambios que no son sólo nuevas tecnologías, dinero o más personas, que lo necesitan, sino que también requiere cambios" expuso.
No le gusta la oposición cubana en Miami
Finalmente, sobre las críticas que en los últimos días está recibiendo el régimen castrista por parte de la comunidad internacional, reconoció que "a Cuba hay que hacerle las críticas correspondientes". "Hay que apoyarse en la reacción de la gente que dentro de la propia Cuba está trabajando por la democracia, exactamente igual que nos pasó a los españoles", remarcó.
"A mí no me gusta nada la resistencia cubana de Miami porque me parece de un ultraconservadurismo que no nos lleva ningún sitio. Apoyarse sobre eso me parece que no ayuda a nada a Cuba. Apoyar a la gente que quiere que Cuba sea una democracia me parece que es lo menos que podemos hacer los demócratas de cualquier sitio", concluyó.