Casi tres meses después de que Mariano Rajoy decidiera apartar a Francisco Álvarez Cascos de la candidatura por el Principado de Asturias, en el Partido Popular admiten no sin zozobra que no calcularon bien los efectos que este portazo podría provocar.
El ex ministro "será historia en unos días", decía a primeros de año un miembro de la dirección nacional, en conversación informal, recalcando que el único daño que podría hacer no era a nivel nacional, sino en la propia Asturias. Entonces, todavía no era seguro que el histórico dirigente popular fuera a concurrir a las elecciones con un partido propio, y Génova trabajaba para intentar dinamitar dicha posibilidad.
Ahora, ya en plena precampaña, en la sede nacional del PP comprueban, sondeos internos en la mano, que se antoja "muy difícil" que su candidata, Isabel Pérez Espinosa, pueda ganar por mayoría absoluta, como era el caso de Cascos. Aún más, los estudios demoscópicos auguran que quedaría por detrás de Foro Asturias.
Tanto es así que, en el transcurso de un diálogo con periodistas en la reciente Convención Nacional de Sevilla, tanto Rajoy como altos cargos dejaron entrever que pactarían con el que fuera dirigente popular, siempre y cuando el cabeza de Gobierno fuera Pérez Espinosa.
"Tajantemente no", contestan desde el entorno de Cascos, que ponen el acento en las encuestas públicas, como las elaboradas por El Correo o El Mundo, le dan el número de votos suficiente para gobernar sin la ayuda de los populares.
Sin embargo, el efecto Cascos traspasa las fronteras del Principado, y viene a hacer herida en uno de los asuntos que más molesta a Rajoy; el de su democracia interna, que tantas veces se ha puesto en duda.
Y es que, coincidiendo con la cumbre de Palma de Mallorca en la que se presentan tanto a los candidatos del PP a las elecciones autonómicas como el Programa Marco que firmarán todos los barones, el ex ministro ha convocado el primer congreso del Foro Asturias en el que, muy probablemente, será elegido presidente.
Serán cerca de siete mil los afiliados con derecho a voto en el cónclave constitucional. Un formato, el de un afiliado un voto, que fue el requerido por Cascos para Asturias, a fin de que las bases pudieran dar su opinión, y que fue rechazado por Rajoy.
"Demuestra a las claras la democracia de unos y de otros. Qué diferentes hubieran sido las cosas si Rajoy hubiera abierto las puertas a que los militantes y simpatizantes alzaran su voz", recalcan desde el partido de corte regional.
En Génova, conocedores de la coincidencia, insistirán en la estrategia de hacer "como si no existiera" y ayudar a Pérez Espinosa "en todo lo posible", destacando en este punto la presencia de Rajoy en campaña electoral.