El Comité de Dirección del PP ha servido para que María Dolores de Cospedal y Javier Arenas limen asperezas tras la polémica surgida por el caso de Yebra, municipio popular que la semana pasada aprobó su candidatura para acoger un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, extremo al que se opone Cospedal en calidad de presidenta del partido en Castilla-La Mancha.
Según fuentes conocedoras de la reunión, ninguno de los dos dirigentes rehuyó en ningún momento la disputa y mantuvieron una conversación "muy correcta" en las formas. Eso sí, ambos se han mantenido firmes en sus postulados: Cospedal no quiere ni ver el ATC en su comunidad y Arenas considera que es más importante un discurso único en materia nuclear.
Lo que sí han acordado, según las fuentes consultadas por Libertad Digital, es que asuntos peliagudos como éste se traten de puertas para dentro y que los dardos envenenados tengan como únicos destinatarios a los socialistas. En este caso al ministro de Industria, Miguel Sebastián, y al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.
Un punto éste en el que también ha intervenido el presidente del PP, Mariano Rajoy, quién les ha instado a evitar peleas internas. Cabe recordar que el líder de los populares ha rehusado estos días postularse a favor de uno u otro dirigente alegando que no tenía una posición "formada" sobre la situación de Yebra.
Tras la reunión, Arenas y Cospedal han seguido caminos dirigentes. El primero se ha presidido el Comité de Alcaldes del partido, del que ha salido un comunicado sobre inmigración a favor de revisar la legislación actual en esta materia, mientras que la segunda se ha ido directa a la rueda de prensa posterior al órgano del PP, inusualmente llena de informadores.
No ha sido la comparecencia más cómoda para la número dos del PP, que ha sido preguntada con insistencia sobre la polémica. A priori, Cospedal ha negado que ni Javier Arenas ni ningún otro dirigente del partido le haya transmitido queja alguna sobre el hecho de que ostente dos cargos de responsabilidad que le podría llevar a no ser imparcial, tal y como publica en exclusiva Libertad Digital.
Sin dejar de lado la información que publica este diario, la dirigente popular ha recordado que su condición de secretaria general "la decidió" el partido y que se siente "muy cómoda y honrada" por ostentar su cargo. "Ser secretaria general del PP y presidenta del PP de Castilla-La Mancha no afecta a mi neutralidad ni en éste ni en ningún asunto por mucha manipulación que se hay querido hacer de mis declaraciones", ha sentenciado.
"No hay contradicción alguna, yo dije lo que dije y no las cosas que se dice que dije", ha continuado la número dos de los populares, que añadió: "yo nunca he hablado de expulsar, eso lo puedo decir con absoluta tranquilidad".
Y es que, según dice ahora, ella jamás habló de sanción en el caso del alcalde de Yebra, y apuntó con insistencia que el PP de Guadalajara le ha abierto un expediente informativo, no por el hecho en sí de que presentara la candidatura para hacerse con el almacén, sino por hacerlo de espaldas al partido, no buscar la unanimidad entre las diferentes formaciones y vecinos y por no consultar a los alcaldes colindantes.
En definitiva, Cospedal asegura que el discurso del PP en materia nuclear es claro y no acepta lugar a dobles interpretaciones: "el PP apoyó en el Congreso de los Diputados este almacén, el PP piensa que el almacén tiene que estar en territorio nacional, en algún sitio tiene que estar". Una designación, concluyó, que recae exclusivamente en el Ministerio del Interior.