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"El puño tiene nombre pero quienes lo apuntaron a mí son muchos"

El consejero Pedro Alberto Cruz habla para Crónica de El Mundo. "Ha sido menos doloroso el puñetazo que me han dado que los tres años de injurias", dice.

El consejero Pedro Alberto Cruz habla para Crónica de El Mundo. "Ha sido menos doloroso el puñetazo que me han dado que los tres años de injurias", dice.

Aún con el lado izquierdo del rostro destrozado, el consejero no ofrece el aspecto de un político sino de un joven contemporáneo apasionado por el arte y la enseñanza universitaria. También un padre que adorna toda su vivienda con garabatos firmado por su hijo de dos años y medio, que "afortunadamente" no se acuerda del suceso.

Sobre las consecuencias del mismo, Cruz se atreve a incluso a bromear en Crónica. "Mi cuerpo está intervenido para siempre. Ya soy una obra de arte". Pero el relato de los hechos que viene después resulta sobrecogedor.

Según relata a Crónica, recuerda que iba "caminando hacia mi casa y unos 50 metros antes de llegar al portal oí voces que decían "consejero, hijo de puta, sobrinísimo..." Creo que lo repitieron hasta tres veces. Y no me volví, me puse a abrir la puerta y, cuando miré hacia la izquierda, vi una persona en la esquina avisando a otra, haciéndole un gesto como diciéndole: "ahora". A los dos segundos, fue muy rápido, me volvieron y me asestaron un puñetazo. El primero fue el que me impactó más directamente y el que me provocó todos los daños. Luego me lanzaron otros dos o tres pero tuve la capacidad de amortiguarlos".

"Me quedé absolutamente en estado de shock. Estuve dos minutos por la calle sin saber qué hacer, me robaron el móvil... Fui a la comisaría, donde me atendió el chico que estaba en el mostrador: "Soy el consejero de cultura, he sufrido una agresión...". Llamó y dijo: "Sí, sí, ya lo saben, ahora van a bajar". Estuve 20 minutos esperando en los que no apareció absolutamente nadie y decidimos irnos a urgencias porque tenía la cara machacada. No nos pusieron ningún coche de Policía, los matones podían haber estado fuera y habernos rematado".

En su huida de los agresores se le cayó el móvil, y aunque intentó inútilmente recuperarlo, no lo consiguió. En él había escrito un poema esa misma mañana. "Lo puedo perdonar todo, pero que me robaran ese poema... Para mí fue brutal, como si me quitaran parte de mí".

Lo que pueden parecer detalles como esos versos eran su escudo contra el clima político existente en Murcia desde que en 2007 se hizo cargo de Cultura. Caricaturas de escaso gusto, pancartas insultantes, descalificativos como "sobrinísimo" por su lejano parentesco con Valcárcel... El video de Youtube Superconsejero I le presenta como un vago, fiestero y consentido.

Poco antes de la agresión había habido advertencias. "La semana anterior ya nos habían roto el interfono de abajo. Al golpearlo se marcaron varios timbres y una vecina nos contó ayer que cuando se puso alguien le contestó: "baja, que te vamos a partir las piernas".

No obstante, sus respuestas son conciliadoras a pesar de todo. "Soy un hombre de cultura, que cree en la cultura para salvar los máximos extremos ideológicos. Pero sí es verdad que esto tiene una responsabilidad muy amplia. Hay muchas personas que han contribuido y ellas lo saben".

Se refiere a la cadena de "mentiras conscientes y mantenidas" que le han convertido en un "blanco fácil". Todo comenzó con la idea de "sobrinisimo", mantenida durante año y medio. "Hace un año, hablé con la actual candidata del PSOE a la comunidad, Begoña García Retegui, y le dije: "sabes perfectamente que no soy sobrino de Valcárcel". Y me respondió: "Lo sé, pero como todo el mundo lo dice, vamos a seguir diciéndolo".

Y hay más: "Un día antes de que se produjera este atentado, la hija del delegado del Gobierno, María González Veracruz, que forma parte de la junta directiva del PSOE a nivel nacional, escribió un artículo en La Verdad en el que mentía conscientemente sobre un dato que habíamos aclarado hace un año". Es por eso que "el puño que se hundió en mi cara tiene un nombre y un apellido pero quienes han apuntado a mí han sido muchas personas que ahora se podrán apartar, podrán tener mala conciencia pero todo el mundo sabe lo que han hecho".

En definitiva, "ha sido menos doloroso el puñetazo que me han dado que los tres años que he tenido que aguantar de injurias, de mentiras, de tanta hipocresía". Todo ello pese a que en privado incluso García Retegui le reconocía que estaba "de acuerdo con nuestra política cultural".

Poco después de la paliza fue detenido un joven vinculado a grupos de extrema izquierda. El resultado del reconocimiento fue negativo y quedó en libertad. "Yo no voy a ser tan temerario como Rubalcaba, que está diciendo que yo he identificado a la persona que han detenido. Igual que él pide moderación de una parte, yo le pido que si algo le preocupa o le interesa mi vida, que sea un poco más comedido".

También tiene palabras para otros líderes socialistas como Pedro Saura, secretario general del PSOE murciano, que dijo que se trataba de una agresión "privada". "Se descalifica por sí mismo. Es indigno que la política tenga alguien entre sus filas que diga eso".

Pese al maltrato dispensado por sus oponentes políticos, su consuelo es el mundo de la universidad. "Mis alumnos son mi mayor patrimonio. Saco tiempo de donde no tengo para ir a mis clases y son los momentos más felices de la semana. La Universidad es un paraíso, entre otras cosas porque no soy ni excelentísimo ni cabrón. Soy simplemente Pedro, el profesor de Historia del Arte, el apasionado de Duchamp".

Tiene, no obstante, buenas palabras para Valcárcel. "Lo he admirado siempre y no he tenido rubor en decírselo, pero como persona está ya en la estratosfera. Ha sido de chapó".

Cruz, que a partir de ahora tendrá que llevar escolta, anunció a Crónica que iba a presentar una demanda por un artículo de la revista Tiempo en el que se afirmaba que en sus clases emitía proclamas ideológicas y que usaba indebidamente el dinero público. Sus partidarios le alaban y señala que ha hecho de Murcia la cuarta ciudad española en inmovación cultural y la séptima en calidad cultural, cuando su presupuesto es el más bajo de todas las comunidades: 65 millones.

De momento, su nombre suena como ministro de Cultura para el próximo gobierno del PP, aunque ahora se debe únicamente "a Ramón Luis Valcárcel y a Murcia".

Un "ambiente lleno de mierda"

En otra entrevista publicada el mismo domingo pero esta vez en el diario La Razón, Cruz considera que "había una atmósfera, un ambiente pegajoso, un ambiente sucio, un ambiente tangible, un ambiente lleno de mierda, un ambiente que nadie se ha preocupado de limpiar".

El consejero tiene plena confianza en la Policía, ya que tiene "la constancia de que se está volcando al mil por cien". Pero aún no hay culpables. Eso sí, señala con convicción a "los oportunistas, gente que no se merecía que se le escuchara pueda seguir arrojando basura".

De todo ello "esta Consejería ha sido el claro ejemplo del relativismo" de la clase política. "Todo vale y contra la figura del consejero es fácil meterse porque nunca sucede nada y porque hay una especie de consenso implícito en torno a eso".

Pero según dijo a La Razón, "nunca el terror podrá vencer a las ideas". De hecho, considera que "uno de los discursos más feroces y más fascistas de cuantos están aconteciendo hoy en día a consecuencia de la crisis es poner en entredicho la necesidad de la cultura y eso denota que este es un país enfermo".

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