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Cuarenta años del primer asesinato de ETA

Este sábado, 7 de junio de 2008, se cumple el triste 40 aniversario del primer asesinato cometido por ETA, el del Guardia Civil José Ángel Pardines Arcay. Precisamente, fue también un guardia civil el última asesinado por ETA, el agente Juan Manuel Piñuel Villalón, en el atentado cometido el pasado 14 de mayo contra la casa-cuartel de Legutiano-Villarreal de Álava. Desde esa fecha del año 1968, la banda terrorista ha causado ya más de 800 muertes. Olvidando hechos como los recientes atentados o la presencia de ETA en los ayuntamientos, Rubalcaba y Zapatero han coincidido en afirmar que el final de la banda está próximo.  

L D (J. Arias Borque) El 7 de junio de 1968, hace cuarenta años, los etarras Javier Etxebarrieta Ortiz, "Txabi", e Iñaki Sarasketa conducían un vehículo marca SEAT 850 coupé con matrícula falsa Z-73956 por la Nacional I (Madrid-Irun).
 
El primero, se dirigía al monasterio de Lazcano –algunas instalaciones de la Iglesia católica fueron un baluarte para ETA en sus inicios– para ir a una cita con otros miembros de la organización terrorista. El segundo, tenía que recoger un cargamento de explosivos en Beasain.
 
En el término municipal de Villabona (Guipúzcoa), cerca de Aduna, los terroristas vieron como el tráfico se ralentizaba por las obras que se estaban acometiendo en la carretera. La circulación estaba siendo desviada, en dirección a Madrid, por dos agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que junto a sus motos daban indicaciones a los conductores, separados por algo más de dos kilómetros. Las crónicas de la época difieren en las razones, si el guardia civil que se encontraba en el inicio del desvío se dio cuenta de que las matrículas del coche era falsas o si los dos ocupantes del vehículo le resultaron sospechosos, pero lo que sí esta claro es que el agente José Ángel Pardines Arcay subió en su moto, siguió unos metros al vehículo y obligó a sus dos ocupantes a parar en un terreno cercano a una yesería.
 
Pardines saludó reglamentariamente a los ocupantes del vehículo y les solicitó la documentación del mismo. En ese momento, "Txabi" sacó su arma y disparó a bocajarro al agente en la cabeza. Pardines cayó al suelo. Los terroristas de ETA acababan de consumar su primer asesinato y se cumplía, según refleja la web de la Guardia Civil, el pensamiento del propio "Txabi", quien creía que ETA no sería tomada en serio hasta que se produjeran las primeras muertes: "...para nadie es un secreto que difícilmente saldremos del 68 sin ningún muerto..."
 
El sonido producido por el primer disparo del etarra hizo frenar en seco a un camionero que pasaba en ese momento por el desvío y que confundió ese sonido con un reventón en una de sus ruedas. Se bajó del vehículo y tras percartarse de los que había sucedido en realidad, tuvo las agallas de ir a por Etxebarrieta Ortiz y sujetar y retener al terrorista para entregarlo a las Fuerzas de Seguridad. El otro etarra, Iñaki Sarasketa, encañonó al camionero y obligó a soltar a "Txabi", que tras verse libre de nuevo, remató a Pardines con cuatro tiros más en el pecho y huyó junto a Sarasketa en el coche, rumbo a la localidad guipuzcoana de Tolosa. De hecho, en su huída, los dos terroristas pasaron por delante del compañero de Pardines, el agente Félix de Diego, que no había oído los disparos y desconocía todavía que se acababa de cometer el primer atentado de ETA.
 
El camionero volvió a su vehículo y siguió su rumbo hasta que, a apenas un kilómetro y medio del lugar de los hechos, llegó a la posición de De Diego, que se encontraba al final del desvío de la Nacional I. Paró y puso en conocimiento de la autoridad los hechos. En ese momento, comenzó el dispositivo de las Fuerzas de Seguridad para detener a los terroristas y se organizaron controles de carretera.
 
La Guardia Civil dio con los terroristas en las cercanías de Tolosa, exactamente en la Benta Haundi. En ese momento, etarras y agentes de la autoridad intercambiaron disparos. Debido al tiroteo, Javier Etxebarrieta Ortiz, "Txabi", fue herido mortalmente y pese a ser trasladado con celeridad al Hospital de Tolosa nada se pudo hacer por salvar su vida. En la confusión del tiroteo, Iñaki Sarasketa consiguió huir, aunque fue detenido en la mañana del 8 de junio en la iglesia de la localidad guipuzcoana de Regil, cerca de Azpeitia, en compañía del párroco, que le había dado cobijo.
 
Como venganza por la muerte de Txabi Etxebarrieta, la organización terrorista ETA decidió asesinar al comisario de la Policía Nacional y jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa Melitón Manzanas González quien fue acribillado cuando subía por las escaleras de su domicilio en Irún (Guipúzcoa) el 2 de agosto de 1968.

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