El comisario José Cabanillas compareció este martes en el juzgado que instruye el caso del chivatazo a ETA e intentó dejar en mal lugar el trabajo realizado por el equipo dirigido por Carlos G. y que implicaba a altos mandos de la Policía.
De hecho, llegó a asegurar que el agente encargado por Marlaska de investigar quién estaba detrás del chivatazo a la banda trató de deshacerse de pruebas claves del caso pese a que en sus escritos Carlos G. apunta al Ministerio del Interior, tal y como informan Fernando Lázaro y Joaquín Manso en El Mundo.
El que fuera comisario jefe de la Unidad Central de Inteligencia de la Policía es ahora responsable del Instituto de Estudios de la Policía, y fue el responsable de orientar el contenido de la mayoría de los informes del 11-M que apuntaban a Bin Laden y al terrorismo islámico interncional.
José Cabanillas es una persona muy relacionada y muy cercana al PSOE, además de ser una persona de confianza del ex comisario general de Información Telesforo Rubio, que fue apartado por el juez Grande Marlaska de la investigación del caso Faisán por comunicarle el chivatazo con tres días de retraso.
Durante el juicio del 11-M, Agustín Díaz de Mera, el que era en ese momento director general de la Policía, acusó a Cabanillas de haber manipulado un informe para descartar la posibilidad de que existiera una posible relación entre ETA y los islamistas.
De este modo, cuando declaró en la vista Cabanillas dijo que entre etarras e islamistas sólo había "compañerismo" y que los radicales islámicos usaban el diario Gara "como mantel". Igualmente, rechazó que el etarra Henri Parot entregase a Benesmail la fórmula de la cloratita que se le incautó. Sin embargo, para este comisario era un "producto cloratado" distinto".
Igualmente, el ex jefe de la UCI fue uno de los peritos que dijo que la importancia que tenía el determinar la marca de los explosivos del 11-M era "mínima". "Para mí, el hecho simple de que hallemos un explosivo u otro me tiene sin cuidado", declaró.