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El Congreso, ansioso por 'sucederse'

Bono pide a los diputados del PSOE que "no sustituyan" a Rubalcaba; Zapatero pregunta por qué no le preguntan a él.

Es la palabra que más interés despierta en el vocabulario parlamentario. Cualquier fonema que comience por 'suce...' hace levantar inmediatamente la mirada de sus señorías. Así se explica que hoy la sucesión haya salpicado los más importantes rifirrafes del Congreso. Porque muchos ven ya la cara de Rubalcaba plasmada en los carteles electorales.

Se dice que una imagen vale más que mil palabras y en política lo importante es en cuántas imágenes sales. Curioso contraste de protagonismo hoy entre el número uno y dos del Gobierno. Mientras Rubalcaba se llevaba la foto tanto dentro del hemiciclo, en su contestación a Gil Lázaro, Sáenz de Santamaría y Rosa Díez, como fuera, en sendas reuniones con Bono y Celia Villalobos; un solitario Zapatero se marchaba del Congreso sin el séquito que habitualmente le reclama un triste monosílabo y, sonriente, le decía a Libertad Digital: "¡Qué raro que hoy no me preguntes!".

Y es que la 'duda' de la decisión de Zapatero se ha convertido en 'certeza' en el subconsciente colectivo, y en el individual. Al menos, en el de Bono, al que hoy le traicionaban las palabras al pedirle a los diputados del PSOE que jaleaban y animaban la intervención de Rubalcaba: "Ruego por favor que tengan en cuenta que no deben sustituir al vicepresidente del Gobierno. Es él el que debe contestar". Un tremendo murmullo recorría la bancada socialista y la sonrisa se dibujaba de inmediato en las caras de José Antonio Alonso, Elena Valenciano y también Zapatero, aunque más forzada. El rostro de Carmen Chacón, serio. "¡Somos la avanzadilla!", exclamaba en alto una diputada del grupo socialista fiel a Rubal.

Del toque de atención no se libraban tampoco los diputados del PP que también interrumpían la alocución de Rubalcaba. "Un momento si no debe sustituirse al vicepresidente por su grupo, tampoco ustedes", decía Bono que era completado por el supuesto sucesor: "Ni le cuento por el otro".

Todo esto se vivía después de que el también ministro del Interior se llevase una multitudinaria ovación de los suyos al responder a Gil Lázaro citando a la cantante Amaral. "¿Qué haría usted los miércoles sin mí?Es como la canción de Amaral, en ‘sin ti no soy nada’". "Muy bien" le gritaban los parlamentarios al unísono con entusiasmo. Ya fuera, Bono se rendía a la supremacía del vice con todo tipo de halagos: "desde que soy presidente es la vez que más me ha costado contener la risa", " ha estado verdaderamente sublime", "cuando estoy con Alfredo no pasan los minutos". Toda una declaración de amor para quien añadía que el PSOE "tiene sed y ganas de victoria"y que "no se presenta a unas elecciones para perderlas".

También se nota en la actitud de los diputados del PP. Hoy Celia Villalobos hacía un aparte con Rubalcaba para hablar de lo ocurrido este fin de semana en un mitin, en el que la popular decía que Zapatero: "tiene al vicepresidente en el hospital". "¿Han hecho las paces?" le preguntaba la prensa al término del encuentro. "Yo nunca he hecho la guerra", respondía Villalobos que aclaraba que se había malinterpretado sus palabras y que ella tiene "un gran aprecio" al vicepresidente.

Elecciones ¡YA!

Las referencias a las elecciones no han sido pocas. La más contundente Rosa Díez que le pedía a Rubalcaba: "dígale al presidente, a usted que le escucha, que aproveche el 22 de mayo para acabar con la agonía y convoque elecciones generales a la vez que las municipales y autonómicas". un mayúsculo "Ohhhhhhh" recorría la bancada del PSOE. "Sí, hombre sí, a la vez", insistía la Portavoz de UPyD.

También lo hacía Mariano Rajoy aunque fiel a su estilo, bastante más comedido: "Estamos perdiendo un tiempo precioso. Con usted, la creación de empleo va a ser imposible y usted tendrá que decir cuánto tiempo más vamos a estar perdiendo en España por sus propias decisiones". Su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, seguía la estela fijada por su jefe de filas y aprovechaba la no respuesta de Rubalcaba a su pregunta: "no le estaba preguntando lo que va a decidir Zapatero el 2 de abril sino lo que van a aprobar ustedes mañana". La portavoz le recriminaba que "no se aclaran ustedes mucho" y que no había estabilidad "ni en el Gobierno ni en el partido que los sustenta y cada vez menos. Tanto ruido tienen dentro de su partido que no escuchan lo que está diciendo la gente fuera".

Hasta el mismísimo 'sucesor' se refería también a las elecciones y a las iniciativas legislativas en trámite: "las haremos donde gobernamos, donde gobernemos. Esperemos que ustedes...", le interrumpía con gritos la bancada del PP por la poca probabilidad de que eso ocurra. "Eso ya lo dirán lo españoles", concluía Alfredo Pérez Rubalcaba.

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