(Libertad Digital) El Ejecutivo busca una salida para Garzón, pero siempre que ésta sea del agrado del actual magistrado de la Audiencia Nacional. El motivo utilizado por un sector del Gobierno es la gran antipatía que despierta entre sus compañeros.
En este sentido, desde el Gobierno se pensó en ofrecerle un puesto como magistrado de enlace en algún país hispanoamericano. Estos cargos son nombrados por decisión gubernativa para facilitar la cooperación entre dos países. Dos ejemplos de ellos, son los jueces de enlace en Marruecos y en París.
Los magistrados que consiguen este puesto se encuentran en comisión de servicios especiales, sin un plazo definido y además conservan su plaza en sus juzgados como titulares. La figura del juez de enlace fue creada por la Unión Europea en 1992 con el propósito fundamental de fomentar la lucha contra el terrorismo. De esta forma, a la cooperación policial existente entre los países del gigante europeo se unía la cooperación judicial.
Sin embargo, a Garzón no le convenció demasiado este nuevo destino y desde el Ejecutivo se volvió a barajar la posibilidad de crear un puesto específico para el actual magistrado de la Audiencia Nacional. Esta opción pasa por ampliar el cargo de juez de enlace para varios países, sobre todo en aquellos en los que disfruta de buena fama. Esta idea no desagradaría a Baltasar Garzón.