(Libertad Digital) Polémico por sus declaraciones, pues no tiene pelos en la lengua, el juez de Familia Fernando Ferrín Calamita, magistrado de juzgado de Familia de Murcia, afirma encontrarse perseguido por sus “convicciones”, ya que si bien no hay sentencia alguna que de momento lo condene, “en cierto modo ya ha sido condenado socialmente por determinada prensa”, señala en La Razón.
En el juicio, que actualmente se está celebrando, el fiscal solicita 18 años de inhabilitación y multa por un delito de prevaricación por el supuesto retardo malicioso de una adopción por parte de un apareja de lesbianas. Según sus palabras, “se me acusa de un delito continuo de prevaricación, por haber inadmitido a trámite una recusación, por ser católico”.
Como ya publicó Libertad Digital, el juez afirma que lo han intentado comprar en este proceso que lo ha llevado a sentarse en el banquillo de los acusados. “Me han dicho que si pagaba 10.000 euros o 12.000 a José Luis Mazón, letrado del a parte querellante, y me marchaba de Murcia o cambiada de jurisdicción retiraban la querella y no habría juicio”, subraya.
Defiende su postura de forma férrea y, aunque deja caer que “todos podemos cometer errores”, enfatiza en que él “sólo quería saber qué era mejor para la niña, y nadie me lo decía”. Además, el juez afirma que si pudiese abandonaría la Carrera Judicial, ya que en su opinión "está politizada al máximo".