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El padrastro de una víctima marroquí del 11-M lleva un mes encarcelado por ayudar a huir a uno de los terroristas

Poco más de un año después del 11-M, el juez Del Olmo ha dictado orden de prisión incondicional contra el marroquí Abdenneri Essebar. Está acusado de ayudar a huir a Mohamed Afalah, uno de los presuntos autores materiales de la masacre. Además, se le relaciona con Larbi ben Sellan, considerado el enlace entre "El Egipcio" y "El Tunecino". El encarcelado, según revela El Mundo, era padrastro de una de las víctimas del 11-M: Sanea, una niña marroquí de 13 años que viajaba en uno de los trenes que estalló en Atocha.

Poco más de un año después del 11-M, el juez Del Olmo ha dictado orden de prisión incondicional contra el marroquí Abdenneri Essebar. Está acusado de ayudar a huir a Mohamed Afalah, uno de los presuntos autores materiales de la masacre. Además, se le relaciona con Larbi ben Sellan, considerado el enlace entre "El Egipcio" y "El Tunecino". El encarcelado, según revela El Mundo, era padrastro de una de las víctimas del 11-M: Sanea, una niña marroquí de 13 años que viajaba en uno de los trenes que estalló en Atocha.
(Libertad Digital) El juez que instruye los atentados del 11-M ha envió hace un mes a la prisión madrileña de Soto del Real a Abdenneri. Le acusa de pertenencia a organización terrorista. El auto de prisión, según El Mundo, lleva fecha del 20 de junio. El diario revela que desde 2002 está casado con Jamila ben Salah, de nacionalidad marroquí y residente en España desde hace veinte años. Se da la circunstancia de que la mujer tenía una hija de trece años que murió en los atentados del 11-M. Ese día viajaba desde Alcalá a Madrid.
 
Cuando está a punto de cumplirse un mes desde el encarcelamiento de su marido, la mujer niega defiende la inocencia de Abdenneri. En declaraciones a El Mundo explicó que "es imposible. Esas cosas se saben (...) ¿Cómo va a hacer algo él que pudiera costar la vida a su familia? Imposible, imposible".
 
En la información que firma Fernando Lázaro la mujer relata que cuando se enteró de los atentados acudió a la estación de Atocha. "Abdenneri me acompañaba en todo momento". Preguntada si al ahora encarcelado tenía una actitud normal o si hubo algo que le hiciera sospechar que sabía algo sobre el 11-M, la mujer explica: "De ninguna manera. El color, blanco, la palidez, no es algo que alguien pueda forzar. Es imposible. Estuvimos juntos en el Gregorio Marañón, en La Paz, en el Niño Jesús...". Considera que si fuera un terrorista, no actuaría en aquella ciudad en la que reside y donde tiene su familia, "no tiene ningún sentido".
 
Acerca de si Essebar era un fundamentalista religioso, la madre de una de las víctimas del 11-M lo niega: "Para nada. Era yo la que trataba de tirar de él hacia la religión. El no cumple los prefectos mínimos. Por ejemplo, algo prohibido para nosotros es el alcohol. Él, ese veto, se lo salta".

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