"Aquí estoy yo", titula El País el amplio reportaje que dedica a Aznar. "Es Aznar. Duro e incómodo incluso para los suyos, el ex presidente desata ciclones a su paso", comienza el periodista Luis Gómez su andadura por la actual vida del ex presidente. A lo largo de tres páginas, el diario de Prisa no ahorra críticas a la figura de Aznar, a su personalidad, a su gobierno, a sus aficiones, a sus palabras, a su ideología…
Hasta el hecho de que Aznar haya colocado una bandera española en su casa es motivo de crítica. Y no digamos sus aficiones personales. Dedica párrafos y párrafos al hecho de que el ex presidente haya decidido estudiar inglés, y no digamos a su afición por el deporte.
Admite el periodista que ha tenido que rellenar el reportaje a base de testimonios anónimos. "Opinar sobre Aznar es incómodo para sus antiguos colaboradores y no digamos para quienes pueden ser considerados cercanos a su entorno actual, razón por la cual prácticamente todas las entrevistas para este reportaje han debido realizarse bajo la condición de confidencialidad. Subsiste todavía cierto temor, una enorme resistencia a hacer públicas reflexiones en torno a la figura del líder que ha sido Aznar", esgrime el autor como justificación a las negativas a hablar con él.
Más abajo, reconoce una razón mucho más creíble: "Sabido es que El País no es del agrado de Aznar y que entre sus colaboradores más cercanos abunda la opinión de que este medio tampoco ha sido amable con Aznar", dice Luis Gómez incrédulo ante esta posibilidad.
Tras el exhaustivo examen a las condiciones físicas de Aznar, el periodista da un repaso a su ideología. "Aznar es un halcón" -partidario de medidas intransigentes y del recurso a la fuerza para solucionar un conflicto-, dice hasta al menos en tres ocasiones. "Su esquema es compacto. Cerrado. Duro". Sobre FAES, dice El País que "se ha convertido en un núcleo duro de los necom, promocionado aquí por periodistas del entorno de Esperanza Aguirre o de Libertad Digital… No tiene interlocución. No se relaciona fuera de su universo" y desacredita a su "nómina de autores", aunque procura no citar a ninguno.
Pero El País domina mejor la vertiente casera de Aznar. Sin ningún respeto hacia las legítimas opiniones del ex presidente, dice que "sus intervenciones en España no dejan de causar estragos en la opinión pública" y pone como ejemplo cuando llamó "pirómano" a Zapatero o el enfrentamiento con Montserrat Nebrera, la díscola ex diputada del PPC. Y para finalizar, en una columna resume lo que llama "Perlas de José María Aznar", en las que no podían faltar sus declaraciones sobre Irak, sobre el radicalismo islámico o la izquierda "reaccionaria". Opiniones que si a El País le parecen "perlas" a otros les parecen de lo más sensatas.
Elvira Lindo y el Cobra
Pero este forzado reportaje ensalada podría ser de Pulitzer comparado con la columna con la que nos castiga Elvira Lindo unas páginas más allá. "No es John Cobra, es Aznar", se titula. La eterna colaboradora de El País reconoce que escribir una columna sobre Aznar le da lectores, aunque no tenga nada que decir. En ella, Elvira Lindo utiliza la peineta del ex presidente al grupo que le insultó en la Universidad de Oviedo para compararle con el showman ex candidato a Eurovisión. Y para relacionarle con el sexo, inexplicablemente. "¿Qué hubiera sido en aquellos años de esplendor en vivíamos contra Aznar si además hubiéramos podido relacionarlo con algún asuntillo sexual?", se pregunta. Y como no pudo lo intenta ahora a cuenta del dedo de Aznar y le tacha de "sietemachos" y "ordinario". Menos mal que al final reconoce que ella está incluida entre lo que llama "competición reñidísima para ver quién se lleva el premio al personaje más ordinario del año".