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SORPRESA Y ENFADO: COSTA SE ENTERA POR LA PRENSA

Cobo y Costa seguirán al menos hasta mayo sin carnet de militante del PP

Pese a lo que estaba previsto, Génova mantiene la sanción de un año de suspensión revisable a los seis meses tanto para Ricardo Costa como para Manuel Cobo. El que fuera número dos de Camps se enteraba por la prensa y rodeado de primeros espadas del PP en la presentación del libro de su hermano.

Pese a lo que estaba previsto, Génova mantiene la sanción de un año de suspensión revisable a los seis meses tanto para Ricardo Costa como para Manuel Cobo. El que fuera número dos de Camps se enteraba por la prensa y rodeado de primeros espadas del PP en la presentación del libro de su hermano.

La decisión del Comité de Derechos y Garantías del PP, que se reunió este jueves en la sede nacional del partido, de confirmar la sanción de un año de suspensión de militancia revisable a los seis meses tanto para Ricardo Costa como para Manuel Cobo ha sido un auténtico jarro de agua fría para los protagonistas -más para el primero que para el segundo- y ha roto los esquemas de la mayoría de miembros de la dirección nacional, que eran de la opinión de que "ya se habían dado la leche" y lo más justo era el indulto.

Sin embargo, el órgano disciplinario que dirige Alfonso Fernández Mañueco ha decidido alargar aún más la agonía. Tras tirarse más de cuatro meses analizando los cargos y las alegaciones -que tan sólo realizó el vicealcalde de Madrid-, mantiene la sanción propuesta por Andrés Ayala, en el caso del ex secretario general del PPCV, y José Manuel Velasco, en el de Cobo. Esto es: un año de sanción revisable por buena conducta a los seis meses.

La segunda parte de esta película, que parece interminable, llegará en mayo, habida cuenta de que tanto Costa como Cobo llevan ya cuatro meses penalizados, y será entonces cuando, según las fuentes consultadas por Libertad Digital, recuperarán su ansiada militancia.

Costa, lacónico: "Todavía no me han llamado"

Una noticia que pillaba a la cúpula del principal partido de la oposición en el hotel Ritz de Madrid, donde arropaba a Juan Costa en la presentación de su libro La revolución imparable. Y entre los invitados, por sorpresa, su hermano, quien de inmediato acaparaba todos los focos. Ricardo se enteraba literalmente por la prensa. "Todavía no me han llamado, no me han comunicado nada, no tengo comunicación oficial", confesaba, lacónico, en conversación con este periódico.

A escasos metros de distancia, la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, y la vicesecretaria de Organización de la formación, Ana Mato, no soltaban el teléfono. "Es oficial, está confirmado, ahora habrá que esperar a mayo", resumía Mato. El responsable de Economía del PP, Cristóbal Montoro, saludaba a Costa sin haberse enterado de la noticia, que convulsionaba la cita y dejaba en un segundo plano al otro Costa, el del libro. Al final del acto, el que fuera número dos de Francisco Camps confirmaba que ya había recibido la llamada del Comité.

Cobo: "Lo importante es que Rajoy sea presidente"

En cuanto al otro protagonista, Manuel Cobo, declaró a EFE que acata la sanción de un año fuera del partido, aunque ni a él ni “a ningún afiliado”, ha dicho, le gusta “estar ni un solo día suspendido de militancia”.

”Lo que más me importa y me ha importado en todo momento es que todos trabajemos para que Mariano Rajoy sea el nuevo presidente del Gobierno de España”, concluyó. Cabe recordar, que su protector, Alberto Ruiz Gallardón, le ha mantenido al frente de sus responsabilidades, como vicealcalde y portavoz, a pesar de no ser militante del PP.

Sanciones iguales, hechos diferentes

Los cargos de Cobo y Costa son, pese a lo que pudiera parecer, radicalmente distintos. El pupilo del alcalde de Madrid fue sancionado por insultar a Esperanza Aguirre en las páginas del diario El País. El segundo, implicado en el caso Gürtel, por atribuirse el cargo de secretario general del PPCV amparándose en que no había sido cesado, pese a que la dirección nacional sí que le daba por destituido.

La última vez que el órgano disciplinario se reunió fue el pasado 8 de marzo, cuando realizaron un primer análisis de la sanción definitiva que impondrían en los dos casos y barajaron la posibilidad de rebajarla e, incluso, anularla.  En aquel momento no fue posible el acuerdo y la decisión se pospuso hasta este jueves, cuando se ha ratificado la sanción inicial de un año de suspensión de militancia.

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