(Libertad Digital) La esperada comida en un hotel madrileño entre la cúpula del Partido Popular, representada por su presidente, Mariano Rajoy, y su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el presidente Unión del Pueblo Navarro, Miguel Sanz, mantiene en lo más alto la tensión entre ambas formaciones políticas a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno Zapatero ha registrado en el Congreso de los Diputados.
Según informaron fuentes populares a Libertad Digital, en el encuentro, el presidente del PP y líder de la oposición trasmitió tres ideas al presidente de Navarra y máximo dirigente de la formación foralista. En primer lugar, que consideran "inadmisible la coacción" del PSOE sobre UPN y "las amenazas" del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y del secretario general del PSN, Roberto Jiménez, a la estabilidad del Gobierno de Navarra. Pero tras el apoyo al todavía partido hermano, llegó la fijación de posiciones.
Así, Mariano Rajoy dijo a Miguel Sanz de que la postura del PP sobre los presupuestos no ha cambiado y los siguen consideran "objetivamente malos para España y para Navarra, por ser completamente ineficaces e inapropiados para luchar contra la crisis económica". Por ello, le informó de que tal y como estaba previsto el PP va a presentar una enmienda a la totalidad de las cuentas públicas.
Por último, le advirtió de que "si UPN no apoyara esta propuesta del PP sería un hecho sin precedentes en la vigencia del acuerdo y supondría una ruptura del pacto que leal y escrupulosamente han cumplido ambos partidos durante los últimos 17 años", aseguraron las mismas fuentes.
La posición que mantuvo Sanz fue la misma que en las últimas semanas. Así, pidió al líder del PP que no presente una enmienda de totalidad y le reiteró que si finalmente lo hace, los órganos de UPN decidirán el sentido del voto de sus parlamentarios, según informaron a Europa Press fuentes de la formación navarra. Esta misma mañana, había sostenido este mismo argumento en una entrevista concedida a Onda Cero, en la que dijo que "una enmienda a la totalidad a los Presupuestos está abocada al fracaso" y "no soluciona el problema de hacerlos buenos".
El problema al que podría enfrentarse el presidente de UPN es que sus dos diputados en Madrid decidan desobedecer el mandato del partido foralista y respetar la disciplina de voto del grupo parlamentario popular.