El Partido Popular empieza a desgranar sus propuestas de gobierno. En el marco de la segunda jornada de su convención nacional, ha avanzado en dos materias en nada parecidas pero de claro interés nacional: las pensiones de oro de las que disfrutan los parlamentarios y la violencia de género tras un año negro que ha dejado un impresionante reguero de víctimas.
Mariano Rajoy ha sido el encargado de anunciar el primero de los palos, intentando demostrar así que su formación quiere atar en corto a los políticos limitando sus abultados privilegios: “Vamos a dar la talla, vamos a ser austeros y vamos a dar ejemplo”, prometió, reconociendo acto y seguido que existe un debate “sobre pensiones” y que por ello es necesario revisar el sistema actual.
Un estudio centrado, en concreto, en el colchón de vida de diputados y senadores. Y advierte: “Eliminaremos cualquier cosa que suponga un privilegio respecto del resto de los españoles”. Una afirmación que, poco después, matizaba su equipo, que no supo dar más detalles sobre lo que se presupone como una de las medidas estrella de cara a las elecciones generales.
“Esto no supone cambios. Supone un análisis en profundidad de la situación”, explicaron las fuentes consultadas por Libertad Digital, que recalcaron el “ambiente distendido” en el que Rajoy hizo el anuncio; una entrega de premios a los alcaldes más brillantes de la formación.
No será hasta la próxima semana cuando sepamos sobre el papel hasta dónde será capaz de llegar el PP, si bien su portavoz en la Carrera de San Jerónimo, Soraya Sáenz de Santamaría, ya avanzó que buscan una “equiparación” en la que ya no haya más privilegios. Su equipo trabaja en una proposición no de ley que después será entregada al resto de formaciones políticas.
Llama la atención, eso sí, lo rápido que ha cambiado de opinión Rajoy sobre la jubilación de oro de los parlamentarios ya que en diciembre de 2010 rechazó una propuesta parecida, que fue planteada con gran ruido mediático por la líder de Unión Progreso y Democracia, Rosa Díez. Sea como fuere, dirigentes como Esperanza Aguirre ya han aplaudido el anuncio.
La política social del PP
El segundo anuncio de calado, en principio algo más atado, lo hacía la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, que defendió una reforma de la ley de violencia de género. Y es que, según argumentó, la única finalidad del PP es “mejorar la vida de las personas”; extremo que planteó en una sesión plenaria ante dirigentes tan destacados como Ramón Luis Valcárcel o Francisco Camps.
Jaime Mayor Oreja también habló de política social, y lo hizo para insistir en su diagnóstico de una España en crisis que necesita defender, ahora más que nunca, “el derecho a la vida”. “Vivimos en una crisis que no es sólo de cáracter económico, sino de perdida de valores” por lo que instó “a fortalecer la institución básica: la familia”.
La polémica llegó cuando pidió dejar de estar “abrazados a la cultura de la muerte”, lo que a ojos del eurodiputado ha hecho el PSOE “durante los últimos años”, en referencia a la ley del aborto. Pocos minutos después le respondía el secretario de Política territorial de los socialistas, Gaspar Zarrías, que reclamó a Rajoy una desautorización.
González Pons elogia a Pérez Espinosa
En clave interna, y mientras Francisco Álvarez Cascos protagonizaba una rueda de prensa en Asturias, el líder del PP aprovechaba una pregunta de un integrante de Nuevas Generaciones para definir al partido como “absolutamente unido” en el que “todos están tirando en la misma dirección”.
Con una gran ovación fue recibida Isabel Pérez Espinosa por las bases, redobles de éxito interno que quedaron corroborados por las palabras de Esteban González Pons sobre ella: “Representa la renovación y el PP confía en ella. Es fuerte, capaz y lo ha demostrado en los momentos más difíciles”. No todos piensan como él: “Da pena cómo estamos tratando a Cascos. Qué rápido nos olvidamos de lo que hizo”.
No obstante, la foto de la unidad persiste: "Volver a la lógica por encima de intereses partidistas", concluyó Alberto Núñez Feijóo.