El debate lo introdujo ayer, con fuerza, el presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel: "Es necesario plantear que los ciudadanos también tengan que asumir" parte de los costes en los servicios de Sanidad y Educación "en el porcentaje que sea", dijo en Los Desayunos de ABC. Escuchándole la plana mayor del Partido Popular, Mariano Rajoy incluido.
No concluía el barón regional su alocución, y la discusión entre los populares se antojaba como plato fuerte del día. Los gastos, afirmó Valcárcel, "no pueden ser soportados sólo por el presupuesto de una región o de una nación". Y, en privado, muchos dirigentes -en especial los encargados de sobrellevar las cuentas de una Comunidad Autónoma- le dieron la razón. "Ha sido muy valiente", comentó un barón regional, en conversación informal.
Sin embargo, los estrategas del partido a nivel nacional se llevaban las manos a la cabeza, al considerar la propuesta artillería pesada para el Gobierno y para el PSOE. Es la excusa perfecta, argumentó uno de ellos a Libertad Digital, para volver a sacar a relucir "el fantasma" de que con el PP en el poder "se eliminarán servicios" o "se privatizará la Sanidad y la Educación".
La postura final de Rajoy la tomaba, a última hora de la tarde del lunes, la responsable del ramo social, Ana Pastor. "El Partido Popular está en contra del copago, ni lo ha llevado ni lo lleva ni lo llevará en sus programas electorales", concluyó. Efectivamente, el proyecto marco que la formación presentó al 22-M no incluye, en ninguno de sus puntos, esta posibilidad.
Una firmeza que no fue tal a lo largo de la jornada, habida cuenta de que la iniciativa del líder murciano pillaba a la dirección nacional, más que con el pie cambiado, completamente descolocado. El "no hay postura oficial" de un portavoz autorizado a media mañana fue evolucionando hacia una batería de opiniones que concluyó con el portazo de Pastor.
"No somos partidarios de establecer el copago" ya que "deben ser universales y gratuitas para todos", apuntó en Zafra (Badajoz), Esteban González Pons, que no quiso censurar a Valcárcel y optó por apuntar contra Rodríguez Zapatero: "Esperamos que la mala gestión del Gobierno no obligue a los españoles a pagar", concluyó.
Por su parte, el también miembro de la dirección nacional, Javier Arenas, rechazó un copago "indiscriminado" y recalcó que, de producirse el debate, éste debería de ser una cuestión nacional y no autonómica, a la que se tendría que llegar con consenso, informa EFE.
Un asunto, eso sí, que el PP no quiere que se abra, a pesar de que son sus regiones las que, entre bambalinas, más interesadas están en que el asunto se ponga encima de la mesa: "Las cuentas están como están", dijo, explícito, un consejero popular puesto en la materia. Sin embargo, Soraya Sáenz de Santamaría zanjó la discusión, en rueda de prensa en el Congreso: "No está ni en el Programa ni en la agenda del PP".