El programa de construcción de los Buques de Acción Marítima (BAM), uno de los centrales y más ambiciosos en el proceso de modernización de la Armada, sigue dando pasos hacia delante. Muestra de ello, la puesta a flote del segundo de ellos, bautizado con el nombre de Rayo, y apadrinado por la ministra de Defensa, Carmen Chacón.
El programa entre Navantia y Defensa, para una primera serie de cuatro unidades, fue firmado el 31 de julio de 2006. En aquel momento, se bautizó a estos barcos y se marcó una fecha de entrega. Así, está previsto que en octubre de este año sea entregado el BAM Meteoro (P-41), que fue botado en octubre de 2009; que en marzo de 2011 sea entregado el BAM Rayo (P-42), puesto a flote este martes; y que en septiembre y noviembre de 2011 se haga los propio con los BAM Relámpago (P-43) y BAM Tornado (P-44), respectivamente.
Estos buques están destinados a cumplir misiones militares tanto asimétricas como convencionales, en las cuales desarrollarán cometidos de presencia-disuasión, de vigilancia-prevención y acciones limitadas-neutralización. También llevarán a cabo labores de colaboración con la Guardia Civil del Mar en materia de control del tráfico marítimo, control y neutralización de acciones terroristas y de piratería, operaciones contra el narcotráfico y el tráfico de personas, operaciones de rescate y salvamento marítimo, apoyo a situaciones de crisis y ayuda humanitaria, control de la legislación de pesca, y control de la legislación medioambiental y anti-polución, entre otras.
Con estos buques, la Armada renovará la actual flota de patrulleros con una fuerza de acción marítima que incorpora la tecnología de última generación en sistemas de combate, de comunicaciones, y de mando y control, además de los equipos médicos más avanzados. Así, entre sus capacidades operativas, contará con espacio en cubierta para un helicóptero AB212, un NH90 o un SH-3D SeaKing; 2 lanchas RIB; o espacio para el traslado de UAVs (aviones no tripulados).
Los BAM tienen 93,90 metros de eslora, 14,20 de manga, 8.000 millas de autonomía a 15 nudos y una velocidad máxima de 20,5 nudos. Desplazan 2.575 toneladas y llevan una dotación de 35 hombres y mujeres, pudiendo embarcar otros 35.
Durante su puesta a flote, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, destacó que se trata de un buque plenamente adecuado para las nuevas misiones que tiene encomendadas la Armada. "Es un arma esencial para proteger nuestro espacio marítimo, y defender la libertad de los mares en el mundo", subrayó.
"Estos buques serán fundamentales para llevar a cabo operaciones de rescate y salvamento; para vigilar y controlar el tráfico marítimo; para preservar nuestro patrimonio medioambiental y cultural; y también para combatir la piratería", añadió.