Horas y horas ha durado la comparecencia de José Blanco ante la Comisión de Fomento del Congreso. Mientras el ministro hablaba se hacía pública la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario, precisamente para aprobar esa prórroga del estado de alarma, aunque ésta deba en última instancia contar con el visto bueno de la Cámara Baja.
Las explicaciones de Blanco se iban sucediendo sin que éste abordara el que es este martes el tema principal. En paralelo se producía la habitual comparecencia de los portavoces de los grupos parlamentarios.
La primera en intervenir ha sido Soraya Sáez de Santamaría que ha vuelto a mantener, de cara a la prensa, la ‘no postura’ del PP sobre este tema de la que ya este lunes hizo gala María Dolores de Cospedal. Decidirá si apoya o rechaza la prórroga del estado de alarma cuando conozca los argumentos del Gobierno. Sin embargo, según ha podido saber Libertad Digital, Soraya habría confirmado a un diputado que su partido no votaría en contra de esta medida excepcional.
Y el ministro de Fomento seguía dando cuenta de su gestión al frente de la crisis provocada por los controladores, cuando el portavoz de CiU, Duran Lleida, tomó la palabra. Y se adelantaba así al PSOE y al propio Gobierno: el Ejecutivo "va a acordar el estado de alarma". Y CiU lo "apoyará sin ningún tipo de complejos" porque, según Duran, "todo español" tiene que poder tener "asegurado poder utilizar el espacio aéreo siempre, pero más en vacaciones".
Ahora bien, advierte que el Gobierno "no debe acostumbrarse a resolver los conflictos mediante el estado alarma", por ello "pasadas las vacaciones CiU no lo apoyará".
Asimismo, Duran ha confirmado que el "viernes o el sábado" le llamó Rubalcaba para tantear cuál iba a ser el sentido del voto de la formación nacionalista y ha revelado además que justo antes de la comparecencia que estaba teniendo lugar en esos instantes, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, le había informado que presentarán "el decreto oportuno y que es posible que antes de que lo apruebe el Consejo de Ministros lo daría a conocer".
Blanco continuaba defendiendo la gestión de su ministerio y del Ejecutivo en general mientras llegaba el turno del portavoz del PSOE, José Antonio Alonso. "El Gobierno pedirá la prórroga del estado de alarma". Pero no sólo eso. Alonso insinuaba que este estado excepcional se prolongará más allá de las Navidades. Una y otra vez repetía el portavoz socialista que así como cuando se decretó por primera vez el límite eran los 15 días, en la prórroga "no" existe ese límite; "no lo hay".
Las justificaciones de Alonso, pedidas por este periódico, para solicitar esta prórroga dejan bastante que desear. "Estamos hablando de hechos, de algo que ya ocurrió y el Gobierno no va a permitir que esto vuelva a ocurrir".
Además, fuentes socialistas han desmentido al PP y aseguran que el Gobierno se puso en contacto con Rajoy el viernes o el sábado para informarle sobre esta cuestión.
Gaspar Llamazares es el único que se ha manifestado abiertamente en contra de prolongar este estado de alarma. El diputado de IU que había estado presente en esa interminable comparecencia del ministro de Fomento, que continuaba en esos momentos, ha afeado a Blanco que no hubiera hablado aún de la cuestión de la prórroga.
Dice que esa prórroga no la justifica la ley, no se ajusta a los supuestos que la ley señala que deben producirse para decretar un estado de alarma. Además, "coloca a nuestros aeropuertos en una situación de excepción". También ha dicho Llamazares que ningún miembro del Ejecutivo se había puesto en contacto con él. "Parece ser que no esperan de nuestro grupo un apoyo a este estado de paranoia".
Para Llamazares esta decisión responde a un intento por tapar otras cuestiones. "Es una cortina de humo. El Gobierno está encantado porque así no discutimos sobre la privatización de las joyas de la corona (Loterías y AENA). Sólo nos va a quedar por privatizar la Guardia Civil y el Congreso".
Y el PNV apoyará también esta prórroga. Por tanto, recopilando, el Gobierno cuenta con los votos necesarios para sacarla adelante: CiU y PNV y abstención, de momento oficiosa, del PP.