L D (Agencias) Uno de los actos que en teoría debía celebrar el 25 aniversario de la Constitución ha acabado en toda una apología del Plan Ibarretxe. Sucedió este martes en el ayuntamiento de San Sebastián. El anfitrión era el alcalde socialista, Odón Elorza. Los invitados, Miguel Herrero de Miñón, Santiago Carrillo y Gurutz Jáuregui, catedrático de Derecho Constitucional.
La intervención ante la prensa del ponente de la Constitución, recogida por la agencia Europa Press, se centró en defender el Plan Ibarretxe, una propuesta "rigurosamente lícita, legítima, incluso si supone una modificación de la Constitución, al amparo del artículo 87.2". El artículo invocado por Herrero de Miñón sólo contempla la posibilidad de que las Asambleas de las Comunidades Autónomas soliciten del Gobierno la adopción de proyectos de ley, (iniciativa legislativa) pero para él, es garantía suficiente de legalidad y legitimidad. Además, "lo peor que se puede hacer es no negociarlo". El ponente, que últimamente ha desmentido cualquier aportación o asesoramiento al PNV para elaborar el plan separatista, considera que "la única vía de hacer del plan Ibarretxe algo mejor para Euskadi y el resto de España es dialogar sin descanso sobre él, porque una Constitución pactada lo que obliga es a pactar permanentemente".
Pero Herrero de Miñón dio un paso más al defender que esa negociación ha de abordarse "sin condiciones previas, porque las condiciones previas cuando se ponen como tales sirven para impedir negociar". Es más, "el pacto no cae de los cielos y sólo se consigue si se dialoga". No aclaró el ponente constitucional cuáles son esas premisas y si coinciden con el llamado "escenario de ausencia de violencia" al que siempre alude Ibarretxe. Pero la intervención del catedrático Gurutz Jáuregui, aclara algo los términos. Según este catedrático de Derecho Constitucional el fin de ETA "debería de ayudar de forma notoria a que se rebajase el nivel de tensión política existente", pero "la ausencia de violencia no es condición sine quanon para que se presenten propuestas". De hecho, hizo hincapié en que hubo "mucha mayor violencia en número de víctimas en 1978".
En cuanto a la intervención de Santiago Carrillo, se basó en homenajear la Contitución acusando al Gobierno central de utilizar el plan Ibarretxe para "preparar toda una panoplia de medidas represivas, de leyes, que conducen, si sigue esa dinámica, a la aplicación del artículo 155", lo que conduciría, según su criterio a la "creación de una situación en España que sería francamente de ruptura, de fractura, y que es inconcebible en la época de hoy".
Cree Carrillo que estamos ante "un momento crítico", porque hay fuerzas "piensan que la unidad de España puede hacerse desde el Estado central por la fuerza, la violencia y las leyes represivas". Tras confesar que él está en contra del Plan Ibarretxe, defendió que "tiene derecho a ser discutido, primero por los vascos en las instituciones vascas".