El enfrentamiento entre la dirección nacional del PP y la de Asturias es total a consecuencia de la posible candidatura de Francisco Álvarez Cascos como cabeza de lista a las próximas elecciones autonómicas.
Los hechos se precipitaban a raíz de las declaraciones de Mariano Rajoy, el pasado 28 de agosto, en varios periódicos regionales. El líder de los populares decía entonces que el ex ministro es "competente, capaz y un clásico del PP" que "siempre ha estado a las duras y a las maduras". "Habrá que ver su disposición. Hablaremos y seguro que tomaremos una buena decisión", sentenció.
Libertad Digital traducía las palabras del jefe de la oposición, en boca de altas instancias del partido. Rajoy se había decidido por Cascos tras informes de la Vicesecretaría de Organización que acreditaban que, con él como cabeza de cartel, ganarían los comicios por mayoría absoluta.
Tres días más tarde, Rajoy reunía a su cúpula en el Parador de Toledo a fin de diseñar la estrategia de la formación para el iniciado curso político. El jefe de los populares rehusaba a preguntas de este periódico contestar si ya había hablado con Cascos, y recalcaba que el asunto no era prioritario.
Una orden, la de no remover el tema, que poco parecía importar en Asturias, donde un grupo de dirigentes se reunía para aprobar una terna de candidatos: la presidenta del partido en Gijón y manifiesta enemiga de Cascos, Pilar Fernández Pardo; el presidente del PP de Avilés, Joaquín Aréstegui; y la concejala del Ayuntamiento de Oviedo, Isabel Pérez Espinosa. Detrás de toda esta operación, el alcalde de la última ciudad citada, Gabino de Lorenzo, con el beneplácito del líder regional, Ovidio Sánchez, que ha cambiado de bando según la conveniencia.
Inmediatamente, Génova desautorizó de forma fulminante este movimiento contra el ex ministro. "El Comité Electoral es el único órgano pertinente para sugerir candidatos, y por no estar no está ni convocado, lo ocurrido es un fraude y no tiene validez alguna para la dirección nacional", informó un portavoz autorizado del aparato del PP.
La semana siguiente, tras el Comité Ejecutivo Nacional celebrado en Santiago de Compostela, Rajoy advirtió: "No tenemos fecha para designar candidatos. La fecha es la que marca la ley", y ésta no es antes del mes de marzo, a pocas semanas de la cita con las urnas.
Sin embargo, el PP de Asturias no dudaba en volver a desobedecer al presidente y convocaba al Comité Electoral regional, el encargado de elegir a la terna de candidatos a enviar a Génova, para el pasado miércoles, día festivo en el Principado. La reacción desde los órganos nacionales no se hizo esperar; canceló en el acto la reunión y reprendió públicamente a los promotores.
Y es que, explican las fuentes consultadas, los Comités Electorales de cualquier Comunidad Autónoma los convoca tanto "en tiempo como en forma" la dirección nacional, por lo que el PP Asturiano actuó totalmente al margen de las normas internas de la formación.
Cascos mantiene intacto su ofrecimiento
Ante este panorama, Francisco Álvarez Cascos guarda cautela, y mantiene vigente su ofrecimiento "contra viento y marea, calumnias y campañas mediáticas". Eso sí, advierte su entorno de que quienes se escudan en "el PP de Asturias" no representan el sentir general de la formación.
Ponen como ejemplo los muchos apoyos que sigue recabando el ex secretario general. Los últimos llegados de las Juntas Locales de Oviedo, Avilés y otras localidades así como las Nuevas Generaciones de la comunidad.
Un respaldo que se hace extensible a importantísimos pesos pesados del partido. En las últimas horas se han postulado a favor de su candidatura el portavoz del partido en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; o el líder del PP en Andalucía y vicesecretario general, Javier Arenas.
"Quienes dicen ser el PP de Asturias no lo representan, son una minoría, aferrados a unos cargos que no quieren perder", argumentan desde el entorno de Cascos. El problema, continúan, es que "con ese PP de Asturias que a nadie representa nunca hemos ganado unas elecciones".
Y precisamente son las buenas expectativas electorales con Cascos como candidato lo que hacen pensar a Rajoy que él debe ser el elegido. Dicho lo cual, fuentes de la dirección nacional aseguran que "las aguas están hoy más revueltas que ayer, cuando todo se daba por hecho". El líder del PP, fiel a sus tiempos, guarda silencio: no desvelará el nombre elegido hasta que no lo considere oportuno.