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Ibarretxe pedirá a Zapatero una nueva negociación con ETA que dé cobertura a su plan secesionista

Ibarretxe ya ha desvelado el guión de su encuentro con Zapatero. Será el noveno, pero nada cambia. En un documento insiste en la autodeterminación y el reconocimiento de  "la identidad nacional" de lo que denomina "Euskal Herria", que incluye Navarra. Todo ello legitimado por un nuevo proceso de paz. De hecho estas propuestas ya estaban recogidas en las conversaciones de Loyola, con Batasuna-ETA. Pese a la insistencia de los periodistas, De la Vega sólo ha dicho que si Ibarretxe quiere otro plan secesionista, la respuesta del presidente será negativa. Para eso nuevo reuniones, y el encuentro con Rajoy sigue sin fecha.

Ibarretxe ya ha desvelado el guión de su encuentro con Zapatero. Será el noveno, pero nada cambia. En un documento insiste en la autodeterminación y el reconocimiento de  "la identidad nacional" de lo que denomina "Euskal Herria", que incluye Navarra. Todo ello legitimado por un nuevo proceso de paz. De hecho estas propuestas ya estaban recogidas en las conversaciones de Loyola, con Batasuna-ETA. Pese a la insistencia de los periodistas, De la Vega sólo ha dicho que si Ibarretxe quiere otro plan secesionista, la respuesta del presidente será negativa. Para eso nuevo reuniones, y el encuentro con Rajoy sigue sin fecha.
LD (Agencias) El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha enviado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un documento en el que le propone un pacto para que "la sociedad vasca pueda ejercer el derecho a decidir libremente su propio futuro".

Ibarretxe y Zapatero se reunirán el 20 de mayo en la Moncloa. El lehendakari prometió enviar al presidente un documento con una "propuesta abierta de pacto político para la convivencia", para ser debatido entre ambos.

Este documento, hecho público por el Gobierno Vasco, tiene cinco folios. En su primer punto reclama el "final dialogado de la violencia", eufemismo utilizado para referirse a la negociación con los terroritas.
 
Propone lo que denomina un proceso de negociación política entre todos los partidos vascos con el objetivo de alcanzar un "acuerdo de normalización política", acuerdo que deberá ser ratificado posteriormente por la "sociedad vasca" en su referéndum ilegal. Más de los mismo. Conviene recordar que en plena negociación con ETA, Zapatero dijo en junio de 2006: "El Gobierno respetará las decisiones que tomen los ciudadanos vascos libremente en ausencia de todo tipo de violencia".
 
Después de la reunión del Consejo de Ministros, que ha presidido el Rey Juan Carlos, De la Vega ha admitido que no hay una fecha cerrada para la entrevista con Rajoy. "No hay ninguna intencionalidad política en el orden de las entrevistas, que se producen cuando los líderes hablan y llegan a un acuerdo con respecto a su agenda y a sus intereses", ha aseverado De la Vega, quien ha dejado claro que Zapatero se reunirá con Rajoy.

Antes de apuntar que se está dando "más relevancia a una cuestión que es meramente formal" que a "una cuestión de fondo", la vicepresidenta ha recordado que Zapatero y Rajoy hablan de manera habitual, la última vez con motivo del fallecimiento del ex presidente Leopoldo Calvo Sotelo.

"Les puedo asegurar, respecto a esta entrevista, que no existe ningún tipo de problema", ha aseverado De la Vega, para insistir a continuación en que se trata simplemente de que ambos acuerden una fecha para el encuentro.

Ha señalado, igualmente, que Rajoy representa a varios millones de españoles e Ibarretxe a muchos ciudadanos vascos y que ambos merecen el respeto institucional del Gobierno y de su presidente.
 
Referéndum ilegal: 25 de octubre
 
La propuesta de Ibarretxe establece los mismos plazos que en su llamada "hoja de ruta": primero se alcanzaría un acuerdo para convocar por ambos presidentes una consulta popular (su referéndum ilegal) el 25 de octubre. Esta consulta serviría para ratificar por la sociedad vasca, por un lado, un "compromiso ético con el final definitivo de la violencia".

Este "compromiso" consiste en apostar por "un final dialogado de la violencia, si se producen las condiciones adecuadas, fundamentadas en una clara voluntad por parte de ETA de poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción".

En este caso, se apoyarían "los procesos de diálogo con quienes decidan abandonar la violencia", dejando claro que "las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular".

Por otro lado, la consulta del 25 de octubre serviría supuestamente para apoyar la puesta en marcha de "un proceso de negociación política entre todos los partidos vascos, sin exclusiones".

Mediante estas negociaciones entre partidos se buscaría "un acuerdo democrático para la normalización política", que sería sometido a referéndum en la sociedad vasca, antes de que finalice el año 2010.

Las cinco claves del proyecto de secesión

Las bases que propone Ibarretxe para estas futuras negociaciones entre partidos son cinco: la primera, reconocer la identidad nacional del pueblo vasco. Se aceptaría así que existe una realidad "llamada Euskal Herria, que se constata en los territorios de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra en el Estado español y Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa en el Estado francés".

La segunda base para el acuerdo es que las decisiones que sobre su futuro político adopte "libre y democráticamente" la ciudadanía vasca serán respetadas por las instituciones del Estado. Dichas decisiones "se adoptarán, en ausencia de cualquier tipo de violencia y coacción, siguiendo las normas y procedimientos legales".

También deberá garantizarse que todos los proyectos políticos pueden ser defendidos en condiciones de igualdad de oportunidades y ausencia de coacción o injerencia, y que además puedan ser materializados si ése es el deseo mayoritario de la ciudadanía vasca.

Otra de las bases para el acuerdo es que en el futuro ordenamiento jurídico se definirán y garantizarán los derechos que pudieran derivarse de la condición nacional del Pueblo Vasco.

Por último, propone la creación de un órgano institucional común para el País Vasco y Navarra, cuyas atribuciones serían negociadas por los partidos, y que el euskera sea reconocido legalmente y utilizado como lengua oficial, igual que el castellano, en el País Vasco y Navarra.
 
Las conversaciones de Loyola

La mayoría de las propuestas que el lehendakari ha incluido en su documento, como el reconocimiento de la identidad nacional o el respeto a lo que decidan los vascos, se manejaron en las llamadas conversaciones de Loyola entre PNV, PSE y Batasuna-ETA durante la tregua de ETA, cuando los tres partidos se intercambiaron borradores sobre el futuro del País Vasco.

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