Ambos son candidatos a presidir un gobierno regional, pero el trato dispendido por su líder nacional, Mariano Rajoy, dista mucho de ser homogéneo.
En poco más de una semana, María Dolores de Cospedal tendrá su puesta de largo como cabeza de cartel a las elecciones en Castilla-La Mancha. Una proclamación que cuenta con el respaldo cerrado de la dirección nacional, que estará ampliamente representada.
El pasado treinta de noviembre, Cospedal ya tuvo otro gran acto para presentar su programa económico, y que contó con el aval de Rodrigo Rato y su equipo. Entonces, Rajoy estuvo a su lado, como también lo estará en el fin de semana del día dieciocho.
Y es que, como no se cansan de repetir en el PP de C-LM, el presidente los populares acude "como mínimo" una vez a la semana a la comunidad, siendo la que más pisa seguida de Andalucía y Aragón. Él mismo lo anunció, en una reciente conversación con periodistas: "Es lo que toca", afirmó, haciendo referencia a esos sondeos que, por primera vez en la historia, auguran una victoria de los populares en este tradicional feudo socialista.
Pocas son las dudas que afectan a la candidatura de Cospedal, más allá de quienes le acompañarán en los primeros puestos de su lista electoral. "Serán de la tierra, los que siempre han estado conmigo", vino a decir la también secretaria general, en la Convención Nacional celebrada recientemente en Sevilla. Dicho lo cual, en el cuartel general de los populares no descartan una píldora de novedad en forma de revulsivo.
"Estamos tranquilos y convencidos de que vamos a ganar en Castilla-La Mancha y lo vamos a dar todo para que así sea", remató recientemente un miembro de la dirección nacional.
El caso de Camps
Situación nada semejante se da en la Comunidad Valenciana, cuyo presidente, Francisco Camps, le dio la llave a Rajoy para que pudiera volver a optar a la presidencia del PP tras su segunda derrota en la contienda electoral con José Luis Rodríguez Zapatero.
A ello, y a su afable relación, se agarran como un clavo ardiendo en el PPCV para afirmar con rotundidad que Camps será el candidato a la Generalidad. Sin embargo, la formalización, que tiene que llegar de Madrid, sigue demorándose, y el entorno del jefe del Gobierno reconoce que está "desesperado".
"No sabe qué hacer para que Rajoy le proclame. Le ha llamado, se lo ha insinuado, pero sabe que la relación que mantienen no es la de antes. Que ahora es un estorbo", traducen fuentes del propio PPCV, estas proclives a que Rajoy se deshaga del barón autonómico.
Oficialmente, para la dirección nacional, "Camps es el mejor candidato a la Generalitat", según apuntó Cospedal el lunes, para rematar que estaba "segura" de que los valencianos le iban a dar su apoyo.
De hecho, fuentes solventes insisten a Libertad Digital que la intención de Rajoy es mantenerle salvo un "maremoto judicial" que le obligara a instarle que tirara la toalla. "En público vamos a decir que le apoyamos, en privado te puedo decir que estamos asustados. La espera está siendo eterna", manifestaba, gráfico, un maitín.
No hay proclamación, ni tampoco actos de apoyo. La última vez que Rajoy visitó la comunidad fue el catorce de diciembre, pero no por motivos de partido sino para participar en la inauguración de la línea de AVE Madrid-Valencia. Ni tan siquiera mantuvo un encuentro privado con el presidente de la Generalidad.
Omitiendo esafalsa foto, la anterior ocasión en la que el jefe de la oposición visitó tierras valencianas fue el lejano catorce de marzo, cuando fue protagonista de la tradicional mascletá.