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"La Guardia Civil en Palmanova está vendida"

Tres días después del brutal atentado de ETA en Calviá, que se llevó la vida de dos guardias civiles, agentes de Palmanova han denunciado las precarias condiciones en que trabajan. No hay cámaras de vigilancia en el aparcamiento e incluso los muebles de la oficina son donados.

Agentes de Palmanova, en Calviá, el lugar escogido por ETA para cometer su último atentado, han denunciado en El Mundo las precarias condiciones en que trabajan. Cuentan que ya llevan haciéndolo en los últimos años y lamentan que esas notas de queja parecen haber servido sólo "para que los terroristas tengan información".

"Lo que es evidente, y así ha quedado totalmente demostrado, es que no disponemos ni de las más mínimas medidas de seguridad", explica uno de los agentes al indicar que el parque móvil de la Guardia Civil está aparcado en la calle "sin ningún tipo de vigilancia". De hecho, revela, ni siquiera los delincuentes habituales se intimidan ante la proximidad del cuartel: ha habido desperfectos en los vehículos e incluso trataron de robar una moto.

"Nunca ha habido cámaras de vigilancia ni tampoco se ha planteado en serio su instalación", continúa el agente, que añade que tampoco hay inhibidores de frecuencia "suficientes". "Sólo hay uno y se encuentra en el cuartel antiguo, en el que nos encontramos apiñados los 150 agentes". En las nuevas dependencias cedidas por el Ayuntamiento la situación tampoco es mejor: "Buena parte del mobiliario que utilizamos procede de empresas de la zona que cierran".

Unas quejas que también tuvieron que escuchar las autoridades de la boca de la familia de los agentes asesinados por los terroristas, que pidieron más seguridad para los cuarteles.

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