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La Junta aplica la operación Cloroformo para acabar con las protestas de funcionarios

Según fuentes de consejerías de la Junta, las sucesivas concentraciones que funcionarios y laborales están realizando han puesto en marcha la que se conoce en medios de la Junta como "la Operación Cloroformo", una batería de medidas destinadas a "anestesiar" mediante el miedo a los funcionarios.

La última manifestación tuvo lugar ayer, en la inauguración de SICAB 2010 con asistencia de la Infanta Elena en Sevilla -. Éste y otros hechos recientes del mismo corte han provocado a los responsables políticos una profunda impresión, como demuestra la gran pitada que recibió la Consejera de Agricultura, Clara Aguilera, íntima amiga de Mar Moreno, consejera de la Presidencia, y que motivó que, en un acto de desafío, ella misma saludara irónica y sarcásticamente al personal reunido para abuchearla.

La Operación Cloroformo tiene variantes. Hasta nuestra redacción han llegado noticias de que se están produciendo amenazas directas al personal reconocido en las protestas. Hemos constatado amenazas directas de ejecución de expedientes disciplinarios a quienes se manifiesten en horas de trabajo.

Igualmente, se está haciendo llegar al personal de las diferentes Consejerías la posibilidad confusa de administrar sanciones y ordenar incluso ceses de personal de libre designación que sin embargo ha participado en las protestas.

Al parecer, en alguna Consejería incluso ha tenido lugar una reunión de todos los jefes de servicio para que se esmeren en transmitir a los empleados públicos que se va a producir en adelante un control riguroso de sus comportamientos, desde el cumplimiento estricto de los horarios a la recuperación de tiempos de trabajo si existieren, incluso eliminación del tiempo del desayuno, una especie de permiso "oficioso" o costumbre instaurada en las Consejerías desde su fundación.

El que estas amenazas se efectúan de forma generalizada y no sólo a quienes supuestamente estén cometiendo acciones o infracciones tipificadas en los distinto regímenes jurídicos aplicables al personal funcionario y laboral, no parecen conseguir el efecto deseado que es adormecer las protestas dividiendo al personal mediante el miedo sino que incluso logran soliviantar aún más a los empleados, como ya los ha soliviantado la actitud de UGT amenazando con echar a la calle a 3.000 sindicalistas para amedrentar a los disidentes.

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