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La oposición convierte un homenaje a los "represaliados del franquismo" en un nuevo "No a la guerra"

La Sala de Columnas del Congreso recibió este lunes a más de 300 personas que pedían un reconocimiento a su lucha contra el franquismo. Más allá de los testimonios emocionados y de que las referencias para estos homenajes arranquen siempre en el año 1936, la oposición ha conseguido que aflorara el "No a la guerra", al estilo de la ya famosa ceremonia de los premios Goya. Iñaki Anasagasti levantó los aplausos. Felipe Alcaraz dijo que "perdonamos pero no olvidamos".

(Libertad Digital) Una vez más, el Congreso de los Diputados ha decidido homenajear a víctimas de las atrocidades de la Guerra Civil a partir del año 1936. Las personas que acudieron a la Sala de Columnas, expresaron su emoción por el reconocimiento de los políticos pero el acto no tardó en convertirse en un alegato contra el Gobierno y un nuevo "No a la guerra" coreado por los presentes. La oposición supo aprovechar la lógica emoción de muchos de los asistentes para lanzar su propia crítica al PP, ausente en el homenaje. Como es habitual, no se hizo mención a otras atrocidades que desde 1934 y después del 36 también dejaron huella en muchos otros represaliados (checas, paseos y sacas que provocaron numerosas víctimas, muchas de ellas enterradas en fosas comunes).
 
El homenaje, presentado por la periodista Rosa María Mateo, comenzó con un minuto de silencio en recuerdo a los siete militares españoles muertos en Irak el sábado. Siguió la intervención de cada uno de los portavoces de los grupos organizadores del evento, todos de la oposición, ya que el PP decidió no participar en el acto, lo que suscitó duras críticas en los discursos, tanto de los políticos como de los homenajeados.

El portavoz del PSOE, Jesús Caldera, subrayó que la sociedad española tiene una "deuda histórica" con estas personas que "dieron lo mejor" de sí mismos por las libertades, y subrayó que querían "honrar a todos sin ofender a nadie" porque "quien se honra es la democracia española, al mismo tiempo que se impide el olvido y la desmemoria". Felipe Alcaraz, de IU, les dijo que su lucha ha sido "impagable" y señaló que "poner pegas" al acto "no es reconciliación", para advertir: "Vamos a perdonar, pero nunca vamos a olvidar". En nombre de CiU, Josep Sánchez Llibre manifestó que los represaliados del franquismo han sido "los grandes olvidados" de la Constitución y auguró que el acto no pretendía "ajustar cuentas con nadie, sino simplemente con la historia y con la verdad".

El discurso de Iñaki Anasagasti (PNV) fue uno de los más aplaudidos, sobre todo cuando proclamó que el "oro" de la República estaba en aquel acto, emulando las palabras del socialista Julián Besteiro: "El oro de la República está en los paredones, en los cementerios y en el exilio". No dejó ahí su proclama el nacionalista vasco. En alusión a las críticas del PP al acto, dijo que prefiere la "naftalina republicana frente a la azul e impositiva". El "No a la Guerra" de muchos los que recordaban el 36 se fundió con el ya conocido por la oposición a la intervención militar que consiguió derrocar el régimen de Sadam Husein.

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