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Las hazañas de la víctima Cobo

Manuel Cobo ha estado siempre a la sombra de Gallardón. No es ningún secreto. Hace años que se han repartido los papeles. El vicealcalde cobra protagonismo para arremeter contra sus compañeros de partido, guiado siempre por la eterna ambición de su jefe por hacerse con el PP.

Manuel Cobo ha estado siempre a la sombra de Gallardón. No es ningún secreto. Hace años que se han repartido los papeles. El vicealcalde cobra protagonismo para arremeter contra sus compañeros de partido, guiado siempre por la eterna ambición de su jefe por hacerse con el PP.

La entrevista que se sacaron de la manga el diario El País y Manuel Cobo el pasado mes de octubre para enfangar la polémica sobre Caja Madrid, con gruesas descalificaciones contra Esperanza Aguirre, encaja perfectamente en la trayectoria política del vicealcalde. Es el altavoz de las rabietas de su jefe. Cuando Gallardón quiere atacar e insultar a un compañero del partido ahí está Cobo. Ya se sabe que el alcalde es muy moderado para estos menesteres.

Ni una pregunta sobre política municipal, olimpiadas, impuesto de basuras... La entrevista estaba claramente diseñada para convertirse en un obús contra el PP de Madrid y Esperanza Aguirre. Caja Madrid era, otra vez, la disculpa. Fuentes de toda solvencia confirmaron a LD en aquellas fechas que días antes de que se publicase la entrevista se reunieron el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva Regional del PP madrileño. Hubo al menos diez intervenciones sobre distintos temas. Cobo ni pidió la palabra ni dijo ni mu sobre este asunto, en ninguna de las reuniones.

Desde la dirección nacional del PP, sólo Cospedal censuró, con tibieza, las palabras de Cobo. Rajoy guardó silencio, una vez más. No lo hizo en 2003 cuando el ataque del número dos de Gallardón, no era contra Aguirre, sino contra él. Por aquel entonces, Aznar aún mantenía silencio sobre su sucesor. Interviú publicó un reportaje sobre las sociedades inmobiliarias del padre de Cobo. Su reacción fue atribuir esta información a conspiraciones dentro del PP para poner zancadilla a su jefe Gallardón en sus aspiraciones sucesioras. Dos de los aludidos, Rajoy y Rato, vicepresidentes en aquel Gobierno de Aznar, le mandaron callar

Un año después, en 2004, Gallardón declaraba la guerra a Aguirre por el control del PP de Madrid y presentaba una lista alternativa a la de la presidenta madrileña para el congreso regional del partido. No era más que otra pataleta del alcalde –que no contaba con apoyos internos– por lo que situó a Cobo como cabeza de lista, preservando su figura de la más que previsible derrota. La siniestra pareja no tuvo más remedio que retirarse antes del congreso, y, de nuevo la misma historia: Cobo llamó "chantajista" a Aguirre, y denunció sus "tics autoritarios". Tachó la política del PP de "canalla" y "talibán", con perlas como que "hubo tal manifestación de rencor en muchas personas, de odio y encanallamiento de la política que no podíamos seguir".

Desde entonces, Aguirre se ha convertido en la obsesión de Gallardón. Todas sus intrigas tienen como objetivo la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y Cobo cumple con su función. Fue él quien se encargó de hacer pública la rabieta de su jefe por su exclusión de las listas del PP en las elecciones generales de 2008. Criticó al partido porque "otros alcaldes" sí eran candidatos. La culpable, como siempre, era Aguirre. Meses después, tras la segunda derrota electoral de Rajoy y, en pleno debate sobre su continuidad, Cobo arremetió contra quienes apostaban por Esperanza Aguirre, por buscar "sólo el desgaste del PP".

Su último trabajo también partía de El País : La falsa trama de los espías . Cobo no ha cejado en sus esfuerzos por dar pábulo a estas informaciones. Incluso cuando el diario de Prisa dejaba este asunto en un segundo plano, el vicealcalde insistía en dar credibilidad a la falsa trama: "si ha habido seguimientos, que se sepa". No hace falta extenderse mucho más. Los dos, Cobo y Gallardón, Gallardón y Cobo quedan perfectamente retratados con lo que nos cuenta Santiago Abascal en este mismo periódico.  

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