(Libertad Digital) Pérez Touriño ya ha reconocido que ha perdido las elecciones y se ha despedido del Gobierno. También lo ha hecho su socio en este Ejecutivo que ha conseguido movilizar al electorado gallego como nunca antes, para echarles de la Xunta. El PP, de esa manera, recupera el Gobierno gallego cuatro años después de que Manuel Fraga se quedase a las puertas de la que hubiera sido su quinta mayoría absoluta consecutiva.
Especialmente significativo es el dato de la participación. Hace cuatro años fue del 64,21 por ciento y se habló de que el aumento de la misma respecto a elecciones anteriores había sido decisiva para que Touriño y Quintana llegasen a la Xunta. Cuatro años después, el PP ha arrasado y la participación ha llegado hasta el 70,45 por ciento, seis puntos más. Este sí es un dato histórico en unas elecciones autonómicas gallegas.
El resultado ha sido tan claro que el derrotado Touriño no tardó en salir a reconocerlo. Lo hizo tras conocerse el escrutinio del 94 por ciento de los votos, que ya daban al presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, 39 escaños, uno más de la mayoría absoluta, frente a los 24 que logró el PSOE –uno menos que en 2005– y a los 12 que obtuvo el BNG, también uno menos que en las anteriores autonómicas.
La victoria del PP es apabullante en las cuatro provincias gallegas y dentro de estas en todas las comarcas, rurales o urbanas. En prácticamente ninguna zona baja del 45 por ciento y en muchas alcanza o supera el 50 por ciento de los votos.
UPyD no ha conseguido representación al volcarse en el PP los votantes descontentos con el Gobierno socialista-nacionalista, pero ha conseguido más de 23.000 votos y un 1,46 por ciento. Un resultado importante en una región como la gallega, poco dada a los cambios, y que triplica el número de votos que la formación de Rosa Díez obtuvo en las elecciones generales hace tan sólo un año.