El primero de ellos, un peso pesado: el veterano Alfonso Guerra. Así respondía el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso a la pregunta de si está de acuerdo con las palabras del vicepresidente tercero: "¡Yo no estoy de acuerdo con nadie yo estoy de acuerdo conmigo!", sonreía, "parece que si es un tránsfuga no se debe aceptar".
Más explícito sobre los dicho por Chaves se ha mostrado el portavoz de Interior socialista, Antonio Hernando: "Es muy importante la opinión del presidente del partido. Creo que tienen que de ser los órganos de partido los que decidan pero, desde luego, la opinión del presidente del partido es muy determinante, muy relevante, muy importante para todos nosotros".
Tan importante es esa opinión que los hay incluso que no añaden ni una coma. Es el caso del diputado Rafael Simancas. "Yo no voy a desmentir, desde luego, al presidente de mi partido y voy a compartir su criterio".
También el diputado socialista, y miembro de la crítica corriente interna Izquierda Socialista, Manuel de la Rocha sigue los dictados del ex presidente de la Junta de Andalucía respecto a lo ocurrido en Benidorm: "personalmente, pero es desde una óptica muy personal, creo que sí, porque si algo nos diferencia del PP es que precisamente nosotros sí cumplimos los compromisos de transfugismo".
Un debate interno que pone contra las cuerdas a la actual secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, cuya madre, Maite Iraola, fue la promotora de la moción de censura en el citado ayuntamiento. La promesa de Pajín y de la cúpula del PSOE fue entonces que esos tránsfugas "no volverían a ir bajo las siglas del PSOE". Y eso es exactamente lo que ha hecho el PSOE valenciano: incluir en las listas al actual alcalde tránsfuga Agustín Navarro, en calidad de independiente. Algo que está alimentando el malestar dentro de los propios socialistas.