(Libertad Digital) Gorka Maneiro se estrenó este martes en el Parlamento vasco durante la histórica jornada que elegirá, por primera vez, a un no nacionalista como lehendakari. Como no podía ser de otro modo, inició su intervención recordando a todos aquellos que sufren el terrorismo en sus carnes y, especialmente, a los concejales de PP y PSE que ocupan cargos públicos en los pueblos vascos.
El parlamentario de UPyD, que anunció que su partido tendrá "un sentido institucional" en la Cámara vasca, apoyando las leyes y mociones en función de su contenido y no de quién las presente, desgranó los puntos principales que defenderá su partido durante los próximos cuatro años.
Como primera actuación, señaló que promoverá una moción en la Cámara vasca para que la institución inste al Gobierno central a disolver los ayuntamientos vascos que están gobernados por ANV, la última franquicia electoral de ETA, utilizando para ello el artículo 64 de la Ley de Régimenes Locales. Según dijo, "sería reprobable éticamente no hacerlo".
Tras esto, Maneiro anunció que su partido promoverá diferentes modificaciones reglamentarias en el Parlamento, entre los que destacó la obligatoriedad de que los parlamentarios acaten la Constitución antes de tomar posesión de su escaño y la eliminación de la actual "maraña reglamentaria" que dificulta la labor de control del Gobierno.
Maneiro apostó por la derogación de todos los decretos lingüísticos que impulsan la obligatoriedad del euskera en la enseñanza y habló de la necesidad de crear nuevas políticas lingüísticas con el fin de defender derechos ciudadanos. "Las lenguas son para los ciudadanos, no los ciudadanos para las lenguas", dijo. Además, abogó por la defensa de una educación laica y por la implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía.
El electo de UPyD pidió que el nuevo Gobierno vasco utilice todos los instrumentos del Estado de Derecho para acabar con el terrorismo y aseguró que el diálogo se debe dar, pero en la Cámara vasca y entre las fuerzas políticas. "Diálogo político si, pero no con quienes utilizan la violencia para atacar la democracia", señaló. Así, acusó a los nacionalistas de haber creado un "estado clientelar" durante los treinta años que han estado en el Gobierno vasco y de haber promovida una "ceguera social colectiva" para buscarle un hueco a los proetarras en la sociedad vasca.
Consideró prioritario enfrentarse contra la crisis económica, "negada en su inicio por nuestros dirigentes", recordó –en alusión al Gobierno Zapatero y los dirigentes del PSOE–, y abogó porque los próximos presupuestos vascos prevean inversiones productivas y de apoyo a la línea férrea conocida popularmente como Y vasca. Del mismo modo, consideró necesario derogar el actual modelo de financiación vasco, el cupo. "Los ciudadanos españoles nos financian por anacrónicos como los derechos historicos. Es necesario superar este viejo sistema para que la sociedad sea más justa y solidaria".
Por último, avisó al nuevo Gobierno vasco de la necesidad de que los medios de comunicación públicos vascos sean "independientes" y estén "al servicio de los ciudadanos". "Necesitamos que los medios de comunicación no sean equidistantes entre las victimas y los victimarios", aseguró.