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MOCIÓN DE CENSURA CONTRA LA ALCALDESA DEL PP

Más de 300 personas abarrotaron el pleno de Pinto al grito de "¡Esto no es Marbella!"

PSOE, IU y un concejal de Juntos por Pinto lograron arrebatarle al PP la alcaldía de esta localidad madrileña en un pleno al que acudieron unas 300 personas que gritaron "¡Esto no es Marbella!".

L D (Agencias) El Pleno del Ayuntamiento de Pinto votó este lunes a favor de la salida de la Alcaldía de la popular Miriam Rabaneda, gracias a la moción de censura presentada por los nueve concejales del PSOE, el edil de IU, Carlos Penit, y el concejal Reyes Maestre, del independiente 'Juntos por Pinto' (JpP), lo que permitió designar como nuevo alcalde al socialista Juan José Martín. Con once votos a favor y diez en contra, Martín recibió el bastón de mando tras una sesión en la que se sucedieron los altercados, las interrupciones, amenazas y abucheos hacia los firmantes de la coalición, principalmente.

Una hora antes del inicio, los partidarios de uno y otro bando ya abarrotaban el salón de Plenos, en un número cercano a los 300, entre los que había dentro y fuera de la sala. Desde un primer momento, el dispositivo policial se tuvo que emplear para separar a dos grupos que se increpaban mutuamente. Los agentes tuvieron que establecer como dispositivo especial un cordón policial que separó a público de concejales.

Los primeros gritos subidos de tono se dirigieron contra el concejal de JpP que hizo prosperar la moción, Reyes Maestre, cuando éste se asomó al salón desde la cabina de sonido y recibió insultos de "Judas" y "traidor". Hasta Pinto se desplazó el secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, quien fue increpado y abucheado hasta en tres ocasiones, una de ellas, nada más hacer su aparición en el salón plenario. Gómez ocupó una de las primeras filas junto a los regidores socialistas de Fuenlabrada, Manuel Robles; Aranjuez, Jesús Dionisio; Alcorcón, Enrique Cascallana; y Parla, José María Fraile.

Por parte del PP, el secretario general del PP y consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, ocupó otra de las primeras filas, junto a miembros de la Comunidad de Madrid y el alcalde de Móstoles, Esteban Parro. Otra de las asistentes fue la directora de Juventud de la Comunidad, Guadalupe Bragado, ex alcaldesa de Leganés tras la moción de censura que firmaron, al principio de legislatura, PSOE e IU, para apartarla del Gobierno. "Hemos venido a dar nuestro apoyo", declaró a Europa Press.

Y es que la votación se produjo en uno de los plenos más tensos y exaltados de la historia de la Comunidad de Madrid. Fueron más de hora y media de insultos, gritos, cánticos y pitidos que no pudieron ser evitados ni siquiera con una amenaza de desalojo ordenada por el presidente de la Mesa, Carlos Penit, de IU, durante la intervención de Patricia Fernández, del PSOE.

De hecho, en un momento determinado antes de la votación, algunos de los asistentes más cercanos al cordón policial llegaron a amenazar a Reyes Maestre con frases como 'ten cuidado que vamos a por ti' o 'yo te mato'. La Policía actuó en todo momento de manera comedida y profesional -incluso durante los registros que realizaron en la entrada a los asistentes con detectores de metales-, lo que evitó que los momentos de crispación pasasen a mayores.

Ejemplo del control de la situación fue cuando el presidente de la Mesa se levantó precipitadamente para pedir el desalojo de la sala, lo que provocó que la gente se echase encima del estrado donde estaban los concejales. Los agentes tuvieron que hacer de 'barrera' e impedir que público y periodistas accediesen al lugar del incidente. En este clima, la intervención de Martín apenas pudo escucharse. A pesar de ello, el edil -que realizó la entrada al salón de Plenos ignorando los abucheos y buscando con la mirada a sus jefes regionales- justificó la moción por el "desgobierno" de la ciudad y acusó a Rabaneda de ser "incapaz de mantener su propio Gobierno", al que calificó de "indeciso, ambiguo y falto de transparencia".

Martín fue interrumpido durante su alocución en una decena de ocasiones al grito de "socialismo corrupción" y "por qué no te callas". No obstante, se comprometió con los vecinos a traer "un tiempo de progreso con una hoja de ruta bien marcada" en un Ejecutivo que, según dijo, será "dialogante y de acción para recuperar el tiempo perdido".

La réplica la dio la todavía alcaldesa, quien acusó a los firmantes de la cuestión de confianza de convertir el municipio en un "tablero de 'Monopoly' gigante en el que el único requisito para participar es carecer de escrúpulos". En este contexto, la popular afirmó que el verdadero objetivo de la moción es "el expolio al precio que sea".

De hecho,  sobre Reyes Maestre (JpP) dijo que es una persona cuya "auténtica aritmética es la del beneficio de unos pocos" y a Carlos Penit (IU), le recordó una condena del Tribunal Supremo por prevaricación. La popular concluyó preguntándose si el gobierno tripartito que estaba a punto de constituirse representará a la institución "con dignidad", tras una moción que catalogó como "un bochornoso ejercicio contra la voluntad del pueblo".

Rabaneda también sufrió los abucheos y las descalificaciones, aunque en mucha menor medida que sus adversarios políticos. La primera vez que tuvo que parar su discurso fue cuando dio la "bienvenida" al secretario general del PSM, Tomás Gómez, puesto que el público se dividió claramente entre los que le aplaudieron y los que gritaban 'fuera, fuera' y 'Vete a Parla'.

En esta situación, la popular le recriminó que ayer no estuviese presente durante la manifestación "de los pinteños contra la moción censura". "Esto no es un adiós, sino un hasta pronto", subrayó. La siguiente interrupción se produjo cuando señaló que abandonará la Alcaldía con la cabeza bien alta, provocando entre sus adversarios la reacción de cantar el "Adiós con el corazón, que con el alma no puedo...".

Por su lado, el edil de IU fue muy escueto durante su intervención, en la que llegó a recibir insultos de una parte del público, que le increpó y le reclamó su dimisión. El edil de IU esbozó la tesis de que la moción es "un ejercicio democrático". "Contra la violencia, democracia", sostuvo en un grito. En este caldeado y desagradable clima se llegó al momento de las votaciones. Eran las 13:20 horas. El 'sí' de Maestre y el de Martín fueron los más recriminados en la sala. "Esto es una atraco", se pudo escuchar. El voto definitivo de Penit validó la moción de censura.

Martín recibió entonces el bastón de manos del propio Penit -con quien se fundió en un abrazo- y, tras ello, se acercó a saludar a Rabaneda y su equipo. Fue un saludo protocolario y breve. Ya como alcalde, Martín se acercó también a saludar a Tomás Gómez y el resto de alcaldes socialistas. Fue el único momento en que los aplausos de sus simpatizantes se impusieron a los gritos y abucheos de la otra facción.

Tras el voto, cuando todo parecía volver a la calma, a la salida del Ayuntamiento, y con unas 500 personas en la plaza de la Constitución, el secretario general del PM -que instantes antes había pedido la dimisión de su homónimo en el PP, Francisco Granados, por considerarle "director" de los altercados del Pleno- se enfrentó a un último mal trago.

Varias personas le increparon cuando se introdujo en su vehículo oficial, que llegaron a zarandear y a golpear en los cristales. Nuevamente, una rápida actuación policial -en la que tuvieron que apartar bruscamente a un hombre de unos 40 años que golpeaba muy enojado la ventanilla del coche- evitó que los hechos llegaran a más.

Los agentes policiales tuvieron que rodear el vehículo y escoltarle fuera de la plaza de la Constitución. "Lo que he visto en este Pleno no lo he vivido a lo largo de mi vida política", había declarado instantes antes el líder de los socialistas madrileños ante la prensa. Todos los presentes coinciden con él.

 

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