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"No es comparable un comentario privado con un ataque directo"

Las aguas siguen revueltas en el PP. El comentario que un micrófono robó a Aguirre ha servido al entorno de Gallardón para equipararlo con los insultos de Cobo en El País. "¡Es lo que faltaba!", dice un diputado regional. Rajoy, también víctima de un micrófono indiscreto, disculpa a la presidenta.

Las aguas siguen revueltas en el PP. El comentario que un micrófono robó a Aguirre ha servido al entorno de Gallardón para equipararlo con los insultos de Cobo en El País. "¡Es lo que faltaba!", dice un diputado regional. Rajoy, también víctima de un micrófono indiscreto, disculpa a la presidenta.

Una cosa es lo que se diga, nunca mejor dicho, a micrófono abierto y otra bien distinta lo que se comenta de puertas para adentro. Las aguas siguen revueltas en el seno del PP de Madrid. El exabrupto que un micrófono robó a Esperanza Aguirre, en referencia al control político de Caja Madrid, ha servido al entorno de Alberto Ruiz Gallardón para equiparar dicho comentario con los insultos de Manuel Cobo -ya censurados por el Comité de Derechos y Garantías- contra la presidenta regional en las páginas de El País.

"No quiero pensar lo que habría ocurrido si esas declaraciones las hubiera hecho yo mismo o Gallardón", espetó este fin de semana el vicealcalde de Madrid, quién caldeaba así el ambiente.

En el entorno de Aguirre claman al cielo. Un diputado popular de la Asamblea de Madrid censura que Gallardón y los suyos "pretendan ahora comparar un comentario privado e íntimo con un ataque directo", en referencia a las palabras de Cobo en el periódico de Prisa. "No son comparables", exclama.

Un comentario que comparte otro compañero de partido, que desvela que "se han realizado llamadas para barajar que se le abriera un expediente disciplinario" a la jefa del Ejecutivo de Madrid. "¡Es lo que faltaba; Aguirre fue víctima de un micrófono indiscreto!", afirmó.

La relación de Rajoy con los micrófonos

En la dirección nacional del partido también se sitúan del lado de Aguirre. Mariano Rajoy, a quién los micrófonos también le han jugado una mala pasada -"mañana tengo el coñazo del desfile, un plan apasionante" dijo un día antes del desfile del Doce de Octubre de 2008-, dio la orden de tratar este nuevo "derbi" madrileño como un asunto menor, y así lo trasladaron los primeros espadas de la formación. "Es normal que se incurra en descalificaciones más o menos graves" llegó a decir Cristóbal Montoro, responsable de Economía del PP en el Congreso.

Hasta en seis ocasiones fue preguntada por este extremo María Dolores de Cospedal en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección del lunes. La secretaria general del partido no se saltó el guió y disculpó en nombre de Génova a Aguirre -"ya ha pedido perdón públicamente"- al mismo tiempo que advirtió que, en última instancia, es Rajoy quién hace las listas.

El líder del PP también se puso en contacto tanto con Aguirre como con Gallardón, que dieron la callada por respuesta ante los periodistas. "Yo hago muchas declaraciones, pero hoy no", zanjó la presidenta regional rodeada por una turba de informadores. "No voy a hacer ninguna declaración sobre nada que pueda perjudicar a mi partido y no voy a hacer ningún comentario sobre ningunas declaraciones", apostilló el alcalde de Madrid.

"El asunto no tiene más trascendencia", concluyó Javier Arenas, que en corrillo con los periodistas reconoció que estas disputas empiezan a provocar "hartazgo y cansancio" entre los dirigentes de la formación.

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