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Otegi pide la legalización de Batasuna sin condenar a ETA

Como nueva evidencia de la existencia de una negociación, Otegi representa su papel en una entrevista en El País donde apunta a la existencia de un "proceso". Con el poco disimulado objetivo de estar en las elecciones, se opone pero no condena la violencia. Hay elogios a Eguiguren... y a Montilla.

Presentado en el diario de Prisa como el "histórico líder" de "la izquierda abertzale", Arnaldo Otegi responde a un cuestionario que, cuentan, ha contestado desde la cárcel de Navalcarnero, en Madrid. El batasuno aprovecha para lanzar varios mensajes utilizando cuidadosamente el ambiguo lenguaje habitual del entorno de ETA. Al preguntársele por la violencia, que no condena, y las víctimas, se esfuerza en hablar de "conflicto" con dos partes y alega, como siempre, que también las hay de su lado.

Lo más destacado por El País es que Otegi afirma que Batasuna "se opondría" a un atentado si se produjera, pero al mismo tiempo no aclara por qué, si eso es lo que opina, no ha condenado ya la violencia. Aún así, aprovecha para pedir a la banda una tregua "unilateral, permanente y verificable".

Otegi considera "altamente improbable" un próximo atentado de ETA por haber anunciado el "cese de sus acciones armadas", si bien manifiesta que los "compromisos adquiridos con la comunidad internacional" llevarían a la izquierda abertzale a oponerse a "tales hechos".

Aunque en ningún momento lo admite explícitamente, de declaraciones como éstas se infiere que el proceso está en marcha. En una de las respuestas del cuestionario, preguntado por el "calendario que augura para ETA", apunta que "estamos al inicio del camino" y "los objetivos de esta primera fase son los recogidos en la declaración de Guernica", con "un escenario de no violencia con garantías y normalización política progresiva", eufemismo con el que alude a la legalización de Batasuna. "Permitiría al proceso entrar en una fase de diálogo y negociación hacia acuerdos políticos", añade.

En esa fase enmarcaría Otegi a los presos etarras, un tema que, en su opinión, debe ser tratado "sin más demora por parte de ETA y del Gobierno". "El Gobierno debería explorar esta disposición exigiendo las garantías que estime oportunas; eso nos acercaría a un escenario de soluciones sin lugar a dudas", añade.

Aunque en una pregunta se niega a contestar el motivo por el que no ha condenado todavía la violencia de la banda o por qué no lo hace antes de que ocurra un nuevo atentado, requisito que se le pide a Batasuna para su legalización, Otegi cree que al partido ilegalizado "se le deben exigir exactamente las mismas garantías y condiciones que a cualquier otra formación política a la hora de registrarse como partido o movimiento político".

Así, al ser preguntado si no deberían incorporar en sus estatutos una condena expresa a la violencia terrorista de ETA para ser creíbles, si quieren concurrir a las elecciones, el dirigente batasuno contesta: "En primer lugar, señalar que nuestra apuesta busca un escenario donde tal condena o similar no sea necesaria por la desaparición de la violencia política. Y dicho eso, a la izquierda abertzale se le deben exigir exactamente las mismas garantías y condiciones que a cualquier otra formación política a la hora de registrarnos como partido o movimiento político. Si no es así, seguiremos siendo víctimas de la aplicación arbitraria y antidemocrática de auténticas leyes de excepción".

De hecho, añade que la posición de Batasuna con respecto a la solución de lo que, según su lenguaje, llama "conflicto" es "irreversible" y no contempla "ningún horizonte ni hipotéticas circunstancias que vayan a hacer variar esta posición". "No existe más camino hacia la independencia que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas. No contemplamos compatible con la estrategia independentista el recurso a la violencia armada. Es una de las conclusiones a las que hemos llegado y la expresamos sin ambigüedades", señala.

Convencido de que se sentará en el Parlamento vasco

Otegi, que se esfuerza en todo momento en presentar a Batasuna como algo absolutamente separado de ETA, se muestra convencido de que su partido no desaparecerá por su ilegalización y de que, "sin lugar a dudas", llegará en un futuro a volver a ocupar un asiento en el Parlamento vasco y que será "en la bancada del grupo mayoritario", el de los "independentistas de izquierdas".

Por otro lado, el batasuno afirma que no contempla una escisión dentro de ETA similar a la que se produjo en el IRA irlandés. Para Otegi, la hipótesis de una "ETA Auténtica" es "altamente improbable, por no decir imposible". "Tengo la impresión y constancia de que existen en el Estado sectores poderosos que apuestan decididamente por un escenario de mantenimiento de la violencia armada –lo más residual posible–, acompañado de nuestro distanciamiento definitivo de la misma, por encima de un escenario de superación integral de la misma. Esto es, la versión española de los "securócratas" británicos. La hipótesis de una 'ETA-Auténtica' es altamente improbable, por no decir imposible. No contemplamos ese escenario y nuestro esfuerzo está encaminado hacia una superación justa, estable y democrática del conflicto en términos globales", argumenta.

Elogios a Eguiguren... y a Montilla

A la pregunta de si Batasuna está presionando para que la banda declare un fin definitivo de la violencia, Otegi asegura que llevan "años" utilizando su "pensamiento político para influir en decisiones que permitan abrir una nueva fase con la desaparición de la violencia política y la consolidación de un escenario de diálogo y negociación hacia soluciones definitivas".

Sobre el lehendakari, Patxi López, Otegi afirma que "no representa a la mayoría social" en el País Vasco y le pide que "sea valiente" y dé "algún paso, por muy insuficiente que sea", como decir que "Euskal Herria es una nación y tiene derecho a decidir su futuro libre y democráticamente", para lo cual ha puesto de ejemplo al presidente catalán, José Montilla.

Del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, dice que siente "aprecio" por él y que es una persona "muy comprometida con la búsqueda de una solución justa y democrática al conflicto". "Cuando se alcance un escenario de solución, los que ahora le critican en su propio partido y mantienen una posición de "campeones de la firmeza" y quienes apostamos por una salida democrática nos sentaremos a charlar alrededor de un buen café".

También da un dato revelador. En la mañana del atentado en la T-4, tras la cual la negociación continuó pese a lo que dijo Zapatero, se reunió con Eguiguren. "Ambos estábamos realmente impactados con la noticia. Intenté convencerle, –creo que en vano– de que debíamos hacer algo para intentar salvar el proceso de diálogo, le insistí en que no debíamos tirar la toalla", relata.

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