Diego Armando Estacio, de 19 años, y Carlos Alonso Palate, de 35, murieron en el aparcamiento de la T-4. Esperaban la llegada de unos familiares procedentes de Ecuador, su tierra, para celebrar las navidades en Madrid, pero la bomba de ETA del 30 de diciembre de 2006 segó sus vidas.
Sus nombres ni siquiera aparecen ahora en la amplia información que El País dedica a las actas de ETA y el proceso negociador. Después de tres páginas de datos, nombres y justificaciones sobre la actitud del Gobierno, El País sólo encuentra lugar para decir que en ese atentado murieron dos personas al final de la última página dedicada al asunto, dentro del último párrafo: "El 5 de junio de 2007, ETA comunica que rompe el alto el fuego aunque lo ha hecho cinco meses y algunos días antes con un coche bomba que3 mata a dos personas en la T-4 de Barajas. En tres páginas de El País no hay sitio ni siquiera para los apellidos de esas dos víctimas de ETA.