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Parlamentarios que no parlamentan

Aunque las labores de un diputado son más amplias, no deja de resultar sorprendente que un parlamentario no haga uso de la palabra, y eso es precisamente lo que han hecho sus señorías en 23 casos en el año largo que llevamos de legislatura. Otros 14 sólo han intervenido en una ocasión.

Aunque las labores de un diputado son más amplias, no deja de resultar sorprendente que un parlamentario no haga uso de la palabra, y eso es precisamente lo que han hecho sus señorías en 23 casos en el año largo que llevamos de legislatura. Otros 14 sólo han intervenido en una ocasión.

Sus situaciones son distintas: los hay que llegaron al escaño tras las elecciones del marzo del 2008 y otros, los menos, que llevan sólo unos meses en la cámara ya que han sustituido a compañeros. Del mismo modo, la mayoría ha participado en la vida parlamentaria de otras formas, sobre todo de la más sencilla que es presentar preguntas por escrito.

Sin embargo no deja de llamar la atención que hasta 23 diputados de esta legislatura no hayan intervenido de palabra ni en los plenos ni en las comisiones: han permanecido en completo y parlamentario silencio; además, en el caso de otros 15 sólo se ha oído su voz en una ocasión.

En resumen: 38 diputados, más del 10% de la cámara, apenas participa de debates y deliberaciones como no sea para expresarse con su voto… en el que siguen la disciplina de partido.

Todos ellos pertenecen a los grandes partidos, en el caso de los absolutamente silentes se reparte casi al 50% ya que doce son del Grupo Popular y once del Socialista; por lo que respecta a los tímidos que sólo han intervenido en una ocasión la mayoría es del PP, puesto que nueve de sus diputados han tenido este apocado comportamiento.

Nombres célebres

Aunque muchos de los diputados silentes (y de los otros) no son muy conocidos por el gran público sí que encontramos algunos nombres "históricos" del parlamento español, como el que fuera "número tres" del PSOE, Txiki Benegas, que a pesar de participar como vocal en un par de comisiones e incluso ser vicepresidente de una tercera no sólo no ha elevado su voz en ninguna ocasión sino que tampoco ha presentado ninguna pregunta por escrito ni ha hecho ningún otro trámite parlamentario.

En idéntico caso se encuentran otros dos socialistas de postín, la que fuese ministra de Cultura, Carmen Calvo, y Alfonso Guerra, ambos presiden comisiones parlamentarias pero llama la atención que esta labor no les haya permitido ni intervenir en ningún pleno ni realizar ningún otro trámite parlamentario.

Otra ex ministra de Zapatero, María Antonia Trujillo, se ha mantenido completamente inédita en lo que llevamos de legislatura, quizá, solo quizá, por el trabajo que comporta presidir la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.

Cuando pertenecer a la Mesa impide hablar… o no


Algunos de los diputados que menos han intervenido en la vida parlamentaria a título personal podrían aducir que se lo impide su destacado papel como miembros de la mesa del Congreso… o no. En este caso se encuentran la vicepresidenta de la cámara Teresa Cunillera (PSOE), que no ha tenido intervenciones ni ningún otro tipo de actividad parlamentaria (insistimos, a título personal, sí interviene habitualmente como vicepresidenta del Congreso).

Sin embargo la vicepresidenta segunda, Ana Pastor (PP) acumula cinco intervenciones y más de 600 iniciativas de otro tipo. Puede que sus obligaciones sean menores que las de la vicepresidenta primera, pero aun así llama la atención la diferencia entre la actividad que despliegan una y otra.

En una situación similar se encuentra Jaime Javier Barrero López (PSOE), secretario primero del Congreso cuya ausencia absoluta de intervenciones de ningún tipo contrasta con la actividad del secretario segundo, el peneuvista José Ramón Beloki Guerra, que ha tenido nada más y nada menos que 142 intervenciones y 72 iniciativas de otro tipo.

¿Apartados por su propio grupo?

Por lo que respecta a algunos diputados silentes, quizá su mutismo podría explicarse dada la especial situación que viven o han vivido en su propio partido, además en estos casos el silencio suele compensarse en cierta medida con su actividad en otro tipo de intervenciones parlamentarias.

Es el caso del popular Juan Costa, que sonara como rival de Rajoy en el polémico Congreso de Valencia y que se ha mantenido en silencio parlamentario desde entonces, aunque ha presentado casi un centenar de preguntas por escrito. O el de Manuel Pizarro, que sólo ha hablado en una ocasión, una intervención en el pleno, pero ha presentado más de 600 preguntas por escrito.

Probablemente también su situación dentro de su propio grupo parlamentario explique el absoluto silencio de Carlos Aragonés, si bien en este caso el diputado popular no ha realizado tampoco preguntas por escrito u otro tipo de intervenciones parlamentarias.

Los que llegaron tarde

Otro grupo de los diputados silentes es el que forman los que han llegado tarde al Congreso y, por tanto, han tenido menos tiempo para desarrollar su labor parlamentaria. Sin embargo, en la mayor parte de los casos han pasado varios meses como diputados y lo han hecho de una forma prácticamente inédita.

Además, se observan diferencias significativas entre la actividad de unos y otros, por ejemplo: tanto la popular Ana Belén Vázquez Blanco como el socialista José Luis Ábalos Meco y María De Las Mercedes Gámez García obtuvieron su acta de diputado el 21 de abril de este mismo año, pero mientras la tercera permanece absolutamente inédita y el segundo sólo ha presentado una solicitud de comparecencia, la primera ya acumula en su haber parlamentario una proposición no de ley, 134 preguntas escritas y dos solicitudes de informe.

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