El artículo parece en un primer momento un farragoso ensayo sobre teoría política pero se trata, en realidad, de una intrincada manera de atacar al PP y situarlo como "enemigo" de los valores democráticos entre críticas, también, a la Iglesia. Le acusa de situarse en la dialéctica "del odio" y de buscar, en el Gobierno, a un "enemigo sustancial", al que intentaría batir "sea como sea, sin escrúpulos", para "volver al poder".
Se remonta a los tiempos de Felipe González para descalificar la labor de oposición del PP y para ello no le importa minimizar los escándalos de corrupción y los crímenes del GAL. Dice que "los errores reales y ficticios se sublimaron y se dramatizaron" con "mentalidad de enemigo a destruir". Afirma después que ahora, con José Luis Rodríguez Zapatero, actúa igual, "utilizando el insulto personal, el desprestigio, la injuria y la calumnia".
Apunta que "muchas personas del PP no participan de esa forma" pero no por ello les disculpa: dice que "su silencio es clamoroso" y que "no es ajeno" a esa "estrategia destructiva" Mariano Rajoy.
La gota que colma el vaso de su ataque desde las páginas del diario de Prisa es la alusión que, como ex Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, hace a quienes han sufrido los atentados de ETA: "Hasta las víctimas del terrorismo han servido de munición arrojadiza y de eso puedo dar fe en primera persona". Olvida las críticas que precisamente entre las víctimas originó su gestión, acusándole de intentar obtener su beneplácito a la negociación que emprendería el Ejecutivo con ETA.
Al Gobierno, le sitúa como víctima ante las críticas lógicas de la oposición: "Es difícil, casi imposible, con esa situación actuar desde las reglas del juego". Y celebra que el Ejecutivo, "con el que soy crítico cuando comete errores", no haya "atravesado esa barrera". Concluye reclamando al PP que "cese en ese juego poco decente y que defienda sus tesis desde el respeto al adversario". Olvida, por supuesto, el escaso respeto que ha demostrado el PSOE y él mismo contra la oposición en muchas ocasiones.