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Pons aprecia una "verdad judicial" del 11-M pese al "explosivo equivocado"

Con el título Bombas en las manijas que queremos, el secretario de Comunicación del PP recuerda en un artículo el 11-M. En él considera que la sentencia "ofreció una apreciable verdad judicial respecto de lo que ocurrió, aunque con el explosivo equivocado, según se dice".

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Con el título Bombas en las manijas que queremos, el secretario de Comunicación del PP recuerda en un artículo el 11-M. En él considera que la sentencia "ofreció una apreciable verdad judicial respecto de lo que ocurrió, aunque con el explosivo equivocado, según se dice".

Ni PP ni PSOE comentan nunca ningún dato de las investigaciones que tanto Libertad Digital como El Mundo llevan a cabo sobre el 11-M y que desmontan la versión oficial de la masacre, aquella que sostiene que los atentados de 2004 fueron cometidos por una trama islamista, ayudada por los asturianos que les facilitaron Goma 2 ECO, para vengarse del gobierno de Aznar por la guerra de Irak. A los tres días el Partido Popular de Rajoy perdía las elecciones generales.

Hace unas semanas salían a la luz los vídeos de las periciales de explosivos que terminaban de descartar la presencia de la Goma 2 ECO, es decir de la supuesta arma del crimen. La sentencia, a falta de autores materiales e intelectuales, se sustentaba en torno a dicho explosivo.

Justo cuando se cumple el sexto aniversario de la masacre y con las informaciones publicadas, que desmontan la teoría oficial, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, señala en su página personal de Internet que la sentencia sobre los atentados ofreció "una apreciable verdad judicial respecto de lo que ocurrió, aunque con el explosivo equivocado según se dice".

A continuación añade que a la sentencia “le faltaría una explicación afectiva del miedo y la furia que nos enfrentó a continuación y más aún, según su propio texto, la determinación de la autoría intelectual de aquella miserable extracción de las entrañas a la primavera. Es decir, no sabemos aún quién planeó cambiar la historia de España, partiéndonos las piernas en plena carrera y a costa de cientos de vidas inocentes”.

"Los españoles aquella vez buscamos culpables entre los propios españoles, ignorando que todos éramos víctimas en la misma medida", comenta González Pons, quien agrega que esa reacción tal vez se produjo por estar "acostumbrados al terrorismo que viene de adentro". "No supimos ver la diferencia o tal vez, como me temo, las bombas nos las pusieron debajo de las manijas de querernos y de respetarnos a nosotros mismos. Nos dispararon mientras volábamos", apunta.

González Pons dice no "recordar un atentado cometido por asesinos de otro país, venidos de más allá de sus fronteras, que haya producido tanto desconcierto interior y tanta separación nacional como el de los trenes de Atocha en España". Muy al contrario, añade, este tipo de ataques exteriores "siempre han cohesionado al pueblo herido" y provocado "la búsqueda de los autores cueste lo que cueste y se escondan donde se escondan", como sucedió en EEUU el 11 de septiembre de 2001.

"Es la guerra a los sicarios o algo parecido, menos en nuestro caso que fue de inmediato la mala conciencia y el reproche intestino", escribe, antes de agregar que cada 11 de marzo los españoles deberían "celebrar la reconciliación nacional".

"Hacer público que los españoles valoramos mucho vivir juntos, convivir, y que sabemos que las víctimas del terror se sienten más presentes y honradas con el pueblo unido, abrazado. Sería nuestra mejor respuesta a los enemigos de la libertad que tanto daño intentaron hacernos", concluye.

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