En una recopilación de los últimos casos publicada por Ángeles Escrivá en El Mundo, se explica que ya son quince los etarras que han sido detenidos y que después, por distintas causas, han burlado a la Justicia desde 2008. El número total desde 2000 es de 39. Las Fuerzas de Seguridad, según el diario, han observado un repunte de casos en los dos últimos años. Y se da la circunstancia de que ETA está aumentando sus filas utilizando, precisamente, a los terroristas que logran huir de las autoridades españolas.
Según explica el diario, en 2009 ya se han fugado cinco terroristas, entre ellos Maite Aranalde, y en 2008 escaparon diez. En esta larga lista hay nombres tan conocidos como el del etarra Josu Ternera, que tras su huida pasó a formar parte de la dirección de ETA y participó en la negociación política que impulsó Zapatero.
En 2000, mientras, se fugó un terrorista; en 2001, cuatro; en 2002, siete; en 2003, cuatro, y en 2004, tres. Mientras, en 2005 se fugó uno y en 2006, dos. En 2007, los huidos fueron dos. El Mundo apunta que la causa del repunte en los últimos años, con un total ya de quince huidos, podría ser el cambio de rumbo de la Fiscalía tras la fallida negociación con ETA.
Muchos de los huidos en todo el periodo se aprovecharon de que los jueces les dejaron en libertad con medidas cautelares que finalmente no cumplieron, tales como presentarse en el juzgado o la retirada del pasaporte. Otros han cumplido prisión preventiva hasta el límite legal pero, al no haber sido juzgados, han tenido que ser puestos en libertad sin ningún tipo de prevención.
Ante la evidencia de que las medidas que impone el juez, salvo la de prisión cautelar, se revelan insuficientes para evitar la huida, agentes de las Fuerzas de Seguridad han pedido cambios más allá de las reformas legales sugeridas por la Audiencia. Proponen, por ejemplo, obligar a los terroristas a llevar una pulsera similar a la de los hombres maltratadores o impulsar reformas legales que faciliten la vigilancia a los policías en los feudos de ETA que suelen elegir los etarras para refugiarse. Explican que la crisis no sería una excusa para acometer estas reformas por que el coste, cuentan, es mínimo. Si no se hace, los terroristas podrán seguirse aprovechando de los agujeros del sistema para burlar la ley.